Hola a todos
Tanto Piratesa como Egara no paran. Al ver la puerta alsaciana (Saint Jean de Saverne), me ha venido a la cabeza la siguiente analogía. No sé si el herrero fue guiado por un teólogo redactor, no dispongo de documentos, pero la disposición de los diferentes herrajes puede ser interpretada como una alegoría que refleja el concepto cristiano del tiempo que surgió o salió o nació de un Dios trinitario y que debe regresar también a Él.

La ubicación vertical de los herrajes (abajo-arriba) así lo sugiere. Además, se dan una serie de detalles plásticos que parecen querer confirmar esta idea. Entre dos líneas rectas, es decir, un principio (alfa) y un final (omega), el tiempo se dobla sobre sí mismo (segundo herraje tanto superior como inferior) en tres momentos históricos o edades, el resto de los herrajes, que se corresponderían con dos posibles visiones históricas del tiempo cristiano:
a) Según la Iglesia de Roma:
1. Tiempo del Padre
2. Tiempo del Hijo
3. Tiempo de la Iglesia, desde Pentecostés o la irrupción del Espíritu Santo en la historia de los hombres.
b) Según los movimientos milenaristas de la época:
1. Edad del Padre
2. Edad del Hijo
3. Edad del Espíritu Santo
Esta disposición de los herrajes, nos trae a la memoria, las famosas Trinidades Verticales del románico hispano. Mientras los herrajes que harían referencia al Padre y al Espíritu Santo adoptan la misma forma, los correspondientes al Hijo, los centrales, son diferentes por ocupar la parte central de la puerta y, en concreto, la cerradura. Nos encontramos ante una hermosa alegoría de Cristo como la puerta, recogiendo la perícopa del evangelio de San Juan (X, 9): "EGO SUM OSTIUM, PER ME SI QUIS INTROIERIT SALVABITUR". Cristo, el Hijo, es la cerradura que ha permitido que el hombre pueda acceder al interior de Dios.
Pero, además, mientras el Padre y el Espíritu Santo están presentados en clave trinitaria individual, tres elementos férreos junto a los herrajes que interpretamos como la alegoría del tiempo que nació y que se recogerá en Dios mismo; la Encarnación del Hijo, esa cerradura y los herrajes centrales de la puerta, se presenta como un acto trinitario en el que participaron las tres personas, de ahí, los tres herrajes de tres elementos férreos cada uno de ellos con una disposición también vertical que, como hemos comentado, nos trae a la memoria las disposiciones de las llamadas Trinidades Verticales.
Bueno, ya callo. Aunque quedan algunos detalles plásticos más por comentar, opino que ya son suficientes los comentados para dar una idea acerca de la alegoría que podría esconderse tras estos herrajes. Ahora, viene el momento en el que algunos de vosotros opinaréis: “Éste se ha inventado todo, se lo ha montado y lleva el agua hacia su molino”. Tal vez, otros opinéis: “Esto es ver el románico con ojos nuevos”. ¡Lástima que no tenga legajos, quiero decir, documentación histórica primaria!
Un abrazo a tod@s