Hemos utilizado para la catalogación de las imágenes, la misma ordenación que efectuaron en su fabuloso estudio Rabanaque, Novella, Sebastián y Yarza; es decir, si nos situamos a los pies del templo, de cara al ábside, el artesonado queda claramente dividido visualmente -como es lógico- en dos ámplias áreas, izquierda y derecha. Desde allí, las sólidas vigas en las que se sustenta, hace que la techumbre quede 'cuarteada' en secciones, siendo las dos más alejadas al espectador, la 1Izda y la 1Dcha; es decir el espacio comprendido entre la primera y segunda viga más cercanas al ábside; desde allí, hacia atrás, se hace fácil completar el recorrido visual de las ocho secciones en que queda subdividido el artesonado, aunque desconocemos si este orden pudo ser el utilizado en la planificación para las secuencias del posible programa iconográfico.
Ahora, mientras se añaden los últimos preparativos en el Banco de Fotos, centramos nuestra atención en la lucha de unos caballeros sobre el friso que bordea las secciones 2, 3 y 4 Izda., del artesonado, algo tremendamente similar a lo que pudimos contemplar y admirar -gracias a los viajes de
Círculo Románico-, en el también puro e impresionante estilo narrativo
normando del tapiz de Bayeux,igualmente en el Banco de Fotos:
Un ejército de caballería es convocado bajo el toque de atención de un heraldo que hace sonar una trompa desde el adarve de una torre; a continuación ,vemos cómo diversos jinetes combaten, mientras que las guardas en las grupas de sus monturas exhiben estandartes, entre las que nos parece distinguir (segunda montura por la derecha) el escudo de Navarra.
Después, en la sección 4Izda, la secuencia nos ofrece la lucha a caballo entre diversos combatientes, de la que nos ha llamado poderosamente la atención una secuencia, en que vemos caer derrotado a un
jinete judío, claramente identificado con tres estrellas de David (grupa, escudo y almete).
La extraña escena, nos traslada mentalmente al período comprendido entre las batallas de Uclés (1108), Alarcos (1195) y las Navas de Tolosa (1212), en donde la participación de guerreros judíos, suele estar más o menos documentada; sin embargo, hasta el momento poco más podríamos definir con mayor exactitud sobre si realmente el objetivo del programa iconológico de Teruel, pretende relatar algo de aquello, dado lo insólito de esta lucha . De ser así, estaríamos ante un nuevo 'Bayeux', esta vez en pintura románica sobre tabla; la
'reponfoña', desde luego.
En defensa de la imagen identificativa, decir que cuando los Cruzados desataron otra ronda de antisemitismo durante los disturbios en Toledo, en los momentos previos de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) -que acabarán con el asesinato de numerosas familias de judíos en todos los territorios-, devendrá que a partir del siglo XIII, todos los judios de ambos sexos, al igual que ocurre en aquellos momentos en Francia, se verán obligados a distinguirse de los cristianos con el uso de un distintivo amarillo sobre su ropa, lo que se ordenó para evitar que se asociase su imagen con la de los cristianos, aunque la razón aducida entonces también fue la de su propia seguridad.
El 'cintamani', propio de algunas vírgenes y pintura sobre tabla, catalanas y aragonesas, hace la escena tremendamente llamativa.