Registrado: Mié Jul 08, 2009 4:02 pm Mensajes: 4981 Ubicación: Círculo Románico
|
Hola otra vez, Egara, los fotógrafos del Banco de Fotos, son también gente como tú, ilusionada en el románico; con ello te animo a participar y que nos mandes tus fotografías, pues todavía queda mucho románico, a pesar de las 32.000 imágenes de 17 países que lo componen... ¡anímate! Respecto de la datación de nuestro artesonado, la más completa descripción nos la proporciona Ángel Novella Mateo, 'Académico correspondiente de San Fernando', quién participó en el estudio más completo realizado hasta el momento, junto a Emilio Rabanaque, Santiago Sebastián y Jozquín Yarza, editado por Ibercaja en 1993, Depósito Legal: Z-2746/93, ISBN: 84-88793-00-6, quien en su capítulo LA TECHUMBRE MUDÉJAR DE LA CATEDRAL DE TERUEL, respecto de las diferentes fechas manejadas por diversos estudiosos, nos dice: Don Ángel Novella Mateo escribió: El primer problema que plantea el estudio de la techumbre de Santa María de Mediavilla es el de fijar la época de su construcción. Como consecuencia de la falta de datos se han dado las más diversas opiniones, que vamos a exponer en forma sucinta. Mariano de Pano fue el primer que se ocupó de esta obra, y en la Revista "Aragón", el año de 1904 empezó la publicación de un estudio, que se interrumpió cuando iba por la mitad. Este investigador juzgaba que era obra de contenido histórico en relación con la historia de la ciudad, que aprecía reflejada hasta el matrimonio de Alfonso V; él situaba, para ser coherente con estos presupuestos, la construcción del artesonado en el siglo XV. Tal hipótesis era inadmisible no solo por la técnica pictórica sino por el estilo, el vestuario y por otras variadas razones. Fue seguido Pano por el gran historiador de la arquitectura Lampérez y Romea (1). El Marqués de Monsalud (2) y Golferichs, conocedores directa o indirectamente del recién descubierto "libro de cuentas" del archivo catedralicio, dieron como prueba documental la mención que en él se hacía del pintor zaragozano Domingo Peñaflor, a quien se pagaba cierta cantidad en 1333 por trabajos de pintura en Santa María: sin más averiguaciones se daba a éste como autor v se reconocía la fecha de ejecución. Rafols (3) parece haber visitado la techumbre y dió una explicación de las cuatro últimas secciones (primeras en el orden adoptado por Pano) señalando, además las faltas de tablas, según observó. Aceptó la autoría de Domingo Peñaflor. Post, (4) parece que fué influenciado en principio por las teorías de Mariano del Pano, si bien no estaba muy de acuerdo con ellas, hasta que conociendo la existencia de la cita de Domingo Peñaflor, adopta la fecha de la primera mitad del siglo XIV, para la realización de la techumbre, si bien reconoce que las escenas religiosas tienen un cierto arcaismo románico. Esta teoría fundamentada en la errónea interpretación de un documento, tiene, por su aparente firmeza, muchos seguidores, destacando entre ellos, Galiay Sarañana, el Marqués de Lozoya y Navarro Aranda, entre otros (5). Gudiol Ricart (6) en un breve comentario la clasifica gótico-lineal y lo considera posterior a 1300. Admiramos la personalidad de este docto investigador del arte medieval, pero no podemos admitir la fecha de 1300 sin un amplio margen de tolerancia en una época de transición. Torres Balbás (7) estudia razonadamente la posible época de la techumbre, partiendo de la construcción de la torre en 1258 y siguiendo a este suceso el de las naves y, finalmente la cabecera, en razón al estilo de cada uno de estos elementos. Después, en apoyo de esa tesis que sitúa el artesonado en la segunda mitad del siglo XIII, aporta el estudio de una cabeza de mujer, existente en el Museo Arqueológico Nacional y que perteneció a un canecillo de la techumbre. Dicha cabeza se cubre con un tocado que, según determina él, desapareció a fines del siglo XIII. Rabanaque Martín, (8) nos ofrece el más amplio trabajo realizado hasta entonces, sobre este tema. Está ejecutado con mucha fantasia arropada de ilusión y entusiasmo, pero adolece de investigación científica. A su interpretación llega más por la fantasía preconcebida que por la deducción de lo estudiado. Para él se trata de un tema doctrinal e histórico. Sebastián López, gran admirador de esa maravillosa techumbre, se ha ocupado varias veces de élla en sus diversas obras sobre el arte en Teruel (9) aportando ideas y opiniones valiosas para su interpretación, pero sin acometer un estudio completo del artesonado: aporta el interesante dato de cuatro pintores documentados en Teruel a principio del siglo XIII. Por esta noticia y apoyándose en la teoría de Gudiol de que hubo de hacerse la techumbre después de 1300, por gótico lineal, sitúa al artesonado en el primer tercio del siglo XIV. En verdad creemos como él, que estos pintores pudieron decorar techumbres turolenses, e incluso la catedralicia. Tengamos presente, como más adelante veremos, que en la iglesia de Santa María, se decoraron tres techumbres: de la nave central y las dos laterales. Si además tenemos en cuenta que el impacto producido por la decoración de la catedralicia en los medios turolénses, provocó algunas obras particulares, se comprende facilmente que a primeros del siglo XIV hubiera pintores en Teruel, aunque alguno de éllos vende su casa, quizás por haber terminado sus contratos. Finalmente, Yarza Luaces, en una ponencia presentada en el Primer Simposio Internacional de Mudejarismo, celebrado en Teruel el año 1975, considera la techumbre del último tercio del siglo XIII, por las razones técnicas que aporta. Cree imposible descubrir una temática general, si la hubo, debido a las tablas que faltan y a las cambiadas de lugar, y presenta el interesante estudio iconográfico de algunos plafones marcando con ello la pauta para futuros trabajos. Estos tan dispares puntos de vista, que lo llevan del siglo XIII al siglo XIV, la falta de una completa, ordenada y objetiva descripción de la techumbre, nos han inducido a realizar el presente estudio con el fin de ayudar, en lo que nos sea posible, a la solución de estos problemas: la fijación de la época de su construcción y la descripción detallada del mismo.
Y ya, antes de continuar con nuestra exposición, matizar el significado lingüistico de dos términos definidos por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y utilizados de manera profusa a lo largo de esta exposición para recordar a los lectores que la población correspondiente a la primera de ellos, convivieron en ciudades como Toledo, hasta el s.XIX, donde -incluso- en la actualidad, dos iglesias de esta localidad, todavía ofrecen algunas misas con el rito litúrgico correspondiente. Los segundos -los mudéjares- se verían obligados a cristianizarse o abandonar el territorio hispano durante el gobierno de los Reyes Católicos. Desde nuestro modesto punto de vista, cuando los historiadores definen el arte mudéjar, es inevitable para nosotros, pensar que esta manera de arte -definida como tal en el siglo XIX-estaría mejor delimitado como mozárabe mudéjar, en el peor de los casos puesto que como el mismo diccionario evidencia para aquellos, el arte de estos últimos también estuvo -sobre todo- caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe; así lo comprobamos igualmente en San Román de Toledo. D.R.A.E. escribió: mozárabe: (Del ár. hisp. musta‘rabí, gentilicio del ár. clás. musta‘rab, arabizado, infl. por árabe). 1. adj. Se dice del individuo de la población hispánica que, consentida por el derecho islámico como tributaria, vivió en la España musulmana hasta fines del siglo XI conservando su religión cristiana e incluso su organización eclesiástica y judicial. U. m. c. s. 2. adj. Se dice del individuo de las mismas comunidades emigrado a los reinos cristianos del norte, llevando consigo elementos culturales musulmanes. U. m. c. s. 3. adj. Se dice del individuo de la comunidad toledana de ese tipo, mucho tiempo subsistente, que pudo por especial privilegio conservar la vieja liturgia visigótica frente a la romana. U. t. c. s. 4. adj. Perteneciente o relativo a las comunidades antedichas. 5. adj. Se dice de la lengua romance, hoy extinta, heredera del latín vulgar visigótico, que, contaminada de árabe, hablaban cristianos y musulmanes en la España islámica. U. t. c. s. m. 6. adj. Perteneciente o relativo a esta lengua. 7. adj. Se dice especialmente de la misa, rito o liturgia que usaron los mozárabes y que aún se conservan en una capilla de la catedral de Toledo y otros lugares.
mudéjar: (Del ár. hisp. mudáǧǧan, y este del ár. clás. mudaǧǧan, domado). 1. adj. Se dice del musulmán a quien se permitía seguir viviendo entre los vencedores cristianos sin mudar de religión, a cambio de un tributo. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a los mudéjares. 3. adj. Se dice del estilo arquitectónico que floreció en España desde el siglo XIII hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe.
|
|