Xavi, fantástico, creo que esta vez lo vas a bordar.
Algunas veces, desde el desconocimiento solemos abordar nuestra visión de lo heurístico, prácticamente como una cuestión de fe indemostrable, más cercana al ogullo que a la verdad; no obstante, buscarla incansablemente es honorable hasta encontrarse satisfecho con algún resultado. El que voy a exponer, es una figuración realizada con ordenador y basado en el magnífico y extenso reportaje fotográfico remitido por Xavi, que desde mi modesto punto de vista justifica la posibilidad de la existencia de un calendario astronómico comprobable desde un sorprendente lugar en las proximidades de Sant Marc y el Cim d'Estela (base), la Costa del Tibidabo, altozano formado por una serie de bloques graníticos, desde el que se domina una ámplia visión de las serras del Cadí y del Pic-en-Cel, así como de Biure.
Sin enrollarme más, la primera de las imágenes que introduzco se corresponde con una vista aproximada del cielo nocturno en la noche del 1 de noviembre; a la izquierda vemos un primer momento en que sobre las 4 de la madrugada, Cygnus desaparece completamente por el Oeste, a la izquierda de Pedret, donde unas tres horas más tarde, en los minutos previos a la salida del Sol y en punto de la Aurora próximo a la vertical de esta iglesia, veremos salir Deneb, como refleja la simulación que he realizado tomando la posición y latitud que corresponde en la web de
'ASTROESCOLAR'.
La segunda, refleja el escenario nocturno el día de Navidad, desde las 00 horas en que Deneb se oculta tras el Pic Cim d'Estella, mientras que al amanecer, la Cruz del Norte, ya es completamente visible sobre la serra del Pic-en-Cel, tras rebasar -invisible- la eclíptica detrás de Pedret, que en el relato mitológico marcaría el punto tras el que comienza el camino trazado por el carro de Faetón al conducir el carro de Helios, quemando las cosechas y abrasando la corteza terreste.
Durante las horas siguientes a la aurora la constelación se diluye entre la luz del Sol, hasta el 24 de marzo, en que correspondiendo al alineamiento con Biure desde la Cima del Tibidabo, marca -en las primeras horas de la noche- la posición astronómica del renacimiento por el Este, muy alta ya, como volando convertida de nuevo en Cisne, en mitad de la Vía Láctea o Camino de Santiago.
En el relato mitológico, Faetón ha caído sobre el río Eridano fulminado por un rayo de Zeus, tras osar conducir el carro de Helios. Su amigo Cygnus se sumerge varias veces en el río tratando de salvar la vida de su amigo, y finalmente Apolo -como premio por su lealtad- le convierte en un Cisne. Tras suponer que estos sucesos astronómicos puedan quedar expuestos en los diversos hitos del relato, anunciando el paso de las estaciones y visto así desde la Costa del Tibidabo, la precisión del calendario agrícola sería áltamente necesaria en un valle en el que el florecimiento y establecimiento en la zona de las civilizaciones que ya se han nombrado, manifiestan un necesario interés por su superviviencia que justifica por si sólo la existencia de este centro neurálgico y el especial cuidado por la presevación de su conocimiento a través del monacato y la cantidad de templos y lugares de culto fundados en este valle, desde remotos períodos históricos, que sin querer ser agoreros nos remontarían hasta posiblemente el neolítico.
Con esta interpretación, Sant Marc se situa como el comienzo de uno de los dos puntos de partida, marcando el declinar de Deneb, con lo que aguardaremos el resultado de las consultas que realizaremos a entidades y especialistas en temas astronómicos, hasta comprobar la exactitud o falsedad de nuestros cálculos.
Os agradezco sobremanera, la especial atención que hubieseis podido prestar, así como que sepais disculpar los fallos que se han podido producir durante la misma, es un lujo contar con vuestra amistad.
Gracias.