PIRATESA escribió:
Santa Maria Piasca Cantabria
Escena amorosa. La verdad es que parecen dos hombres aunque supongo que la mujer es la que no tiene barba.
Hola a todos
Como recordamos sobre esta iconografía en otro tema, ¿qué pudo ver y leer un clérigo o un fiel cristiano en ese beso pétreo en época románica?
1. El clérigo, canónigo o monje:
Es evidente que textos de naturaleza bíblica de esta naturaleza escritos nada más ni nada menos que o por San Pablo:
“Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con el beso santo.” (I Cor. XVI, 20) o por San Pedro:
“Saludaos unos a otros con el beso de amor. Paz a todos los que estáis en Cristo” (I Pe. V, 14), que dio lugar a la práctica litúrgica del rito de la paz, tal y como recuerda el mismo San Agustín: “
Después de esto se dice: ‘La paz sea con vosotros’ y los cristiano se dan el santo ósculo, que es signo de paz. Procurad que lo que dicen los labios exista en los corazones”.
Es decir, el beso, el ósculo santo, como una parte de la liturgia cristiana, dentro del llamado rito de la paz.
Pero el clérigo, también lo ha podido interpretar de forma simbólica como el denominado
“ósculo santo de la contemplación”, que acabará criticando el mismo San Bernardo, al querer imponer el modelo de fe activa sobre la contemplativa.
Sin embargo, el mismo clérigo ha practicado el óculo de la paz, porque el ósculo lo ha ligado para siempre a su orden. Como recuerda, por ejemplo, Ramón Llull en su:
Libro de la orden de caballería, que era la práctica con la que el nuevo caballero del Temple se ligara para siempre a la Orden del Temple. O, como práctica de saludo habitual, como recoge Tomás de Celano, biógrafo de San Francisco de Asís, que realizaban los franciscanos todavía en el siglo XIII:
«¡Qué inmenso amor el que ellos tenían al piadoso grupo! Cuando se hallaban juntos en algún lugar o cuando, como sucede, topaban unos con otros de camino, allí era de ver el amor espiritual que brotaba entre ellos y cómo difundían un afecto verdadero, superior a todo otro amor. Amor que se manifestaba en los castos abrazos, en tiernos afectos, en el ósculo santo, en la conversación agradable, en la risa modesta, en el rostro festivo, en el ojo sencillo, en la actitud humilde, en la lengua benigna, en la respuesta serena; eran concordes en el ideal, diligentes en el servicio, infatigables en las obras» (1 Cel 38).
2. El creyente
Lo ha vivido de forma litúrgica en el rito de la paz y, sobre todo, lo ve ligado al día de la Pascua cristiana, el de la Resurrección de Cristo, el gran símbolo de la fe cristiana. El único día en el que obligatoriamente se tenía que comulgar y en ese día, en el momento del ósculo de paz, los cristianos se daban las nuevas Pascuas. Tal y como recogen diferentes fuentes, mientras el que daba el beso decía “Resurrexit Dóminus”, el que lo recibía contestaba: “Deo gracias.” Además, según las llamadas Constituciones Apostólicas, parece ser que lo tenían muy claro: «El obispo saludará a la asamblea diciendo: “
La paz de Dios esté con todos vosotros”. Y el diácono:
“Saludáos unos a otros con el ósculo santo.”. Se besarán los clérigos con el obispo, los laicos hombres entre sí, y las mujeres entre ellas».
Nada, no me enrollo más. Pero, ya que hablamos de libros y de besos, ¿sabíais que, hasta que Honorio III (1216-1227) lo prohibió, todos los fieles asistentes podían dar al Evangeliario el llamado ósculo del libro después de leerlo?
Bueno, ya callo.
Un abrazo a tod@s