¡¡Jopeta!! pues esto de lo visigodo va a dar que hablar, ya veréis.
Al volver sobre las pinturas románicas de la pared oeste, decíamos en un primer momento, cómo en la parte alta aparecían las Sibilas -acompañadas cada una de ellas de dos personajes-, que a modo de heraldos hacen sonar sus olifantes a los cuatro vientos, tratando de fijar nuestra atención con el bufar de sus instrumentos que utilizan de señal de aviso, para dar paso a continuación a las palabras proféticas de Isaías y Jeremías, quienes simbólicamente exhiben sendas filacterías donde sus nombres latinos se inscriben... Así comienza el
'Canto de la Sibila' en las pinturas de la pared oeste de San Román, en Toledo, puesto que aún sin entender la lectura con caracteres cúficos que bordean las ventanas absidiales de este templo cirstiano, creo oportuno asignarle los adjetivos propios que le conviertan en el
máximo exponente del mozarabismo hispano, al margen de la sospecha sobre si la ventana central -de manera más que evidente-, pudo ser construida con posterioridad a los arcos polilobulados de las ventanas que albergan magníficas celosías que nos recuerdan otras, vistas en templos análogos:
El
Canto de la Sibila se recoge en España en un antiguo manuscrito visigodo del año 960 que se conserva en la Mezquita-Catedral de Córdoba, ámpliamente documentada su pertenencia a la liturgia
mozárabe; también -como nos decía Xavi este tiempo atrás-, del s. XI data este canto también -ya redactado en latín-, en el manuscrito de Ripoll, perteneciente al ámbito de la cultura litúrgica hispánica, siendo en poblaciones de la actual Cataluña, donde en buena medida arraigará, perdurando hasta nuestro días, como es también el caso de las Islas Baleares entre las que destacan las interpretadas durante la noche de Navidad, las del Monasterio del Lluc y en la Catedral de Palma, cuya primera noticia al
'Cant de la Sibil-la' nos la proporciona la
Consueta de Tempore, redactada también en latín entre los años 1360 y 1363 y que reciéntemente ha sido declarado
Bien inmaterial de Interés Cultural, hecho que motivó al Consell de Mallorca, para presentar su candidatura como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El texto original se recoge en diversos manuscritos romanos y de cómo pudo llegar a la liturgia
mozárabe, todavía sigue siendo un misterio; sin embargo, antes debemos referir que el documento más antiguo del
Canto de la Sibila -cristianizado y cantado en monasterios, aún no popularizado- lo aporta un manuscrito en latín del Monasterio de San Marcial de Limoges,en Francia, datado en pleno Imperio Carolingio.
Siguiendo con nuestro discurso de las Hispanias prerrománicas y mozárabes, coincidimos con la opinión de Doña María del Carmen Gómez Muntané, quien en 'La Música Medieval en España', nos comenta:
En la Edad Media adquirió fama un sermón "Contra judeos, paganos et arianos" atribuido erróneamente a San Agustín. En una de sus secciones su autor, Quodvultus, obispo de Cartago (437-53), cita una tras otra varias profecías sobre la venida del Mesías, que pone en boca de aquellos a quienes se atribuyen mediante una fórmula retórica. El desfile da comienzo con el testimonio del profeta Isaías, trass el que viene el de Jeremías, Daniel, Moisés David y Habacuc; sigue el de cuatro personajes del Nuevo Testamento, Simeón, Zacharías, Isabel y Juan el Bautista, y a continuación el de dos gentiles, Virgilio y Nabucodonosro. La última profecía le corresponde decirla a la sibila Eritrea, que recita unos hexámetros que San Agustín le atribuye a La Ciudad de Dios. Éste supo de su existencia gracias a un amigo suyo, que le dió a leer un fragmento de los Oracula Sibyllina en el que aparecen dichos versos, foirmando en griego el acróstico JESU CHRISTUS DEI FILIUS SERVATOR CRUX; en la traducción latina de San Agustín el acróstico se mantiene en parte, aunque los treinta y cuatro versos originales queden reducidos a veintisiete, número que simboliza la Trinidad (3·3·3).
Tanto en Francia como en España el sermón del pseudo-Agustín, más conocido por Sermo de symbolo, usó ocupar la Lección 6ª o la 9ª de los maitines de Navidad. En ambos países los versos del sermón que corresponden a la Sibila, "Judici signum" etcétera, se cantaban desde antiguo, pero se ignora dónde y cuándo se les puso música. En el caso particular de Cataluña, el documento más antiguo en el que figuran es una miscelánea del siglo X del monasterio de Ripoll (ACA, Ripoll 106); el único de los versos de la Sibila que lleva notación es el primero -catorce neumas en total, en notación catalana-, que fue añadida tras la confección del códice. En el caso de Castilla la primacía le corresponde a un homiliario del monasterio soriano de San Baudelio de Berlanga, fechado en el año 953 (Córdoba. Arch. capitular. Cod. I)
Abundando más en la cuestión, el Rvdo. Don Germán Prado, de la OSB, nos hace deducir a partir de la nota nº 2 de la p.118, indicada en el pdf del libro enlazado, que el
Ave Maris Stella -texto que también vemos inscrito sobre el ALFIZ de SAN ROMÁN-, aprovecha la melodía del Canto de la Sibila 'algún tanto retocada, para el himno sencillo del Antifonario Gregoriano'.
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¿Querrá Fer romper su voto de silencio para contarnos si la lectura teológica de las pinturas sobre la pared oeste, puede interpretarse en clave Apocalíptica?...
...
Si es como decimos, esta teoría para
reconvertir en cristiano, lo
mozárabe del
Canto de la Sibila ¿podría verse confirmada en éste tan bello, como singular, Templo toledano de San Román?