Cada vez faltan menos cosas, por eso Galicia se convertía en la base de operaciones de estos días, para dar cabida a los reflejos y murmullos de su poderoso Miño al paso por la Ribera Sacra, bajo el reflejo de las viñas doradas por el invierno y el ensoñador verdecente de las montañas, es cando maxino que es ida, no mesmo sol te me amostras y entonces, la luz vuelve para dominar el soberbio paisaje, como sucede en este caso con Portomarín, que luce en lo alto de su perfil la iglesia románica de San Juan, trasladada piedra a piedra bajo la supervisión del arquitecto Pons-Sorolla, e impedir que quedase sumergida a mediados del siglo XX con la inauguración del embalse de Belesar, que no evitó que la vieja villa de Portomarín y algunos monasterios medievales, quedasen bajo el nivel de las aguas, restos que todavía permanecen visibles en los bordes de sus orillas.

VESTIGIOS DE SAN XOAN DE PORTOMARÍN

Espectaculares vistas que incorporamos en la sección de fotografías recibidas/paisajes, hasta identificar posibles restos, mientras que en los carteles indicativos del Concello de Portomarín, encontramos las palabras de un viejo conocido, Francisco Xavier Ocaña Eiroa, quien en 1987, en relación con la antigua villa de San Xoan de Portomarín, escribía en el número 3 de las 'Monografías do Patrimonio Monumental Galego':



En la actualidad, el histórico Monasterio de Santa María de Ribalogio, de origen eremita que fue restaurado en el siglo IX por el monje Quintilla, está completamente arruinado y prácticamente desaparecido entre la maleza. No le salvó ser la cuna de los Caballeros de Santiago y hacia 1170 fue sustituido por Vilar de Donas en su cometido.

Recientemente la Xunta ha rehabilitado los únicos vestigios que quedan de su primitivo emplazamiento, la iglesia de origen prerrománico ¿!¡? de Santa María de Loio:


SANTA MARÍA DE LOIO


RUINAS DEL MONASTERIO SANTA MARÍA DEL RIBALOGIO

Bonitas fotos Eadan

Aunque ya poseemos en la web un extraordinario reportaje del lugar, nuestra singladura postnavideña comenzaría en la iglesia monasterial de Vilar de Donas, declarada Monumento Nacional en 1931 y vinculada estrechamente al Camino de Santiago, al haber sido propiedad de los "guardianes del Camino" -la famosa Orden de los Caballeros de Santiago-, que hacia 1170 habían fijado en este antiguo monasterio femenino, su residencia. En la actualidad, la población se encuentra en medio de un sencillo paisaje rural, con casas de piedra granítica reverdecidas con el tiempo, rodeadas de campiñas bordeadas de carballos y tierras de labor.

La iglesia es de cruz latina románica con tres ábsides abovedados, mientras el crucero está cubierto con bóveda de crucería y el resto, con techumbre de madera. El interior, habilitado a su vez como improvisado museo, encontramos varios sepulcros de importantes caballeros de la Orden de Santiago colocados alrededor de la nave y otros elementos escultóricos, procedentes muchos de ellos de fases constructivas anteriores, fases que con detenimiento pueden observarse sobre su arquitectura, que lo primero que sugiere es una planta de cruz griega evocándonos un posible pasado visigótico, aunque nada de esto esté documentado. En el ábside central encontramos algunos frescos góticos bien conservados, a pesar de no haberse realizado trabajos de mantenimiento desde hace tiempo. El guía de la iglesia, Don Jesús, se muestra excepcionalmente agradable con todos los visitantes, a los que instruye con fidedignos datos históricos y agasaja hospitalariamente con su agradable rictus de investigador del templo, imprimiendo con ello un sello de calidad en la visita al lugar.

Como se ha dicho, la iglesia formaba parte de un antiguo monasterio, el monasterio de Vilar de Donas -cuyo nombre proviene de que en él sólo había mujeres (donas en gallego)-, fundado a principios del siglo XII por dos mujeres de la familia Arias de Monterroso. Luego pasó a la propiedad de la Orden de Santiago, la orden templaria encargada de proteger al Camino de Santiago y a los peregrinos, aunque su uso principalmente fuera para el enterramiento de Caballeros de la Orden de Santiago.

Las arcadas que nos reciben a la entrada, ornamentadas con capiteles románicos, son de fecha posterior.

Dejado el lugar, desde el alto del Rosario, un poco más adelante, el viajero puede contemplar la próxima localidad de Palas do Rey, y si alza su mirada, intuirá en la lejanía del poniente, el próximo Santiago de Compostela, meta de su peregrinación...salvo que su camino concluya en Finisterre:
(Zacarías Cerezo)

Simplemente deliciosa

Deliciosa, amiga, ... la Ribera Sacra está literalmente suspendida sobre el inquebrantable paisaje de nuestra amada Galiza o cuando no, embravecida sobre la vertical de un meandro de sus ríos, como éste del Miño esculpido al vértigo, que sobrecoge al viajero ante la espectacularidad arrebatadora, envuelto en la gélida tormenta que al día siguiente a la llegada, estallaba en fértil lluvia, obstinada en verterse a cada segundo, según se aproximaba hacia Diomondi por los pasos y rutas que atraviesan el umbrío corazón del bosque sagrado ...



Es entonces, cuando emergiendo de las ingrávidas nieblas -convertidas en deshilachadas y frías fumarolas suspendidas sobre las laderas de los montes-, los marcescentes robles -carballos en galego- exhiben tenaces los irisados ocres de sus hojas caducas, derramándose suavemente cálidos, como impensable magma arbóreo empecinado en besar la cristalina orilla de los ríos, o tal vez desafiantes huestes, que con su mágico colorido de otoño permanente y vivificante, se sitúan, incólumes, frente a la fantasmagórica y persistente cortina de mortecina lluvia plomiza que todo lo anega... pero no había tiempo ya para más, pues la ruta se estrechaba entre las angostas carreteras locales por las que se ha de transitar hasta Diomondi, cuyo derrumbe en la fachada del palacio anexo al templo, atemoriza a visitantes y locales, dejando al descubierto los precarios arreglos de años pasados, o más bien las carencias, puesto que la retirada de tejas en el alar, junto a la pérdida de canalones y el abandono, no evitaron la filtración de pluviales por el muro justificando su desplome prácticamente total y que afortunadamente no produjo otros males, pese a ser un lugar -según palabras del párroco- frecuentado por los lugareños:



Los caballeros de la Xunta, presentes, apuntaban su atención hacia la extraña construcción suspendida ahora en la pared, una antigua ventana de apariencia románica, reaparecida emparedada en el muro tras el monumental derrumbe , algo curioso que provocará sin duda un cuidado especial en la restauración a efectuar, que se espera más acorde con el palacio y que a la vez sirva de protección y enalltecimiento al conjunto monumental de esta población.



Tras escuchar el análisis de los hechos a los presentes, de los que dimos parte en las noticas de la web el pasado día 30/12/2010, solicitamos permiso para visitar el interior del templo, aconsejándonos no introducirnos en el edificio perjudicado, lo que hicimos con cumplida obediencia a fin de testimoniar la preservación del estado actual de la iglesia románica.

Prosigamos, pues para esto es necesario refugiarnos en el interior, tratando de recuperar la templanza y la desazón, momentos que aprovechamos para contemplar absortos la simétrica proporción de la belleza del románico y su geometría sagrada, en San Pelayo (San Paio) de Diomondi...

Precioso, artista. Saludos.

Hola a todos

Amigo Eadan, ¡qué hermoso reportaje tanto fotográfico como narrativo!, felicidades.

La verdad es que nos dejas sin palabras. Además, la luz siempre presente:



No se te escapa ni una. Felicidades.
Poco a poco, iremos dialogando sobre el románico gallego; de lo contrario, mi hermana "gallega" no me lo perdonaría.
Un abrazo a tod@s

Eadan tiene la gentileza de mostrarnos evidencias de los contenidos de su reciente viaje a Galicia, que se van incorporando al Banco de Fotos, y en tre ellos nos habla de la parroquia de Diomondi advocada a San Paio, San pelayo y que llama la atencion por diferentes consideraciones que hacen pensar en una evolución en la que los protagonistas de cada época dejaron su huella (y no me refiero a la chapuza nacional del siglo XXI que ha originado el desastre que se contempla en el Banco de Fotos).
Empezando por el principio, extraigo lo siguiente de la web de los pueblos de España:
"Por un documento del año 954 se sabe que Diomondi fue uno de los primeros lugares tomados a la fuerza por el obispo lucense Odoario. En el citado documento se añade que después de colonizar la iglesia, la dedicó a San Estevo y la donó al monasterio de San Adrián. Por aquel entonces se ordenó el establecimiento de una comunidad religiosa en Diomondi, presidida por el abad Hermenegildo. Años después el cenobio pasa a ser de dominio real, como lo acredita una donación que, en el año 1164, hace el rey Fernando II a Fernando Odoáriz y a su esposa. En esta escritura aparece por primera vez el monasterio bajo la advocación de San Paio."
Es decir, que ya parece que antes del románico existió en el lugar un monasterio de probable liturgia mozárabe.
La contemplación de la iconografía que nos muestra Eadan en sus fotos y su arquitectura deberían llevarnos al románico pleno cluniacense si no considerásemos la inhabitual altura del templo y su luz, amén de algún arco apuntado y la decoración frecuente de los capiteles con temas vegetales. Los cluniacenses debieron estar por aquí, pero debieron durar poco, aunque da la impresión de que sus proyectos para la iglesia eran más ambiciosos de lo que luego resultó. En too caso, un bonito e interesante reportaje que se agradece. Saludos.

Maravillosa exposición, Eadan, entre tu poética exposición y las fotos tan bellas de Galicia con las que nos regalas, se echa un poco de menos a Rayave.