Hola a todos
De entrada, ya aviso, hay que leer un poco.
En primer lugar, gracias Piratesa por tus palabras. Lo del infierno, me refiero a tal y como lo tenemos ahora en el cerebro, con una sola manera de pensarlo. En el siglo XII, todavía existían interpretaciones divergentes.
Sobre lo que acertadamente escribe demiguel acerca de que no se podía ascender a la Gloria porque no se había producido la Redención, eso lo tenían muy claro los Santos Padres; pero cuando se esculpe en Estella, Cristo ya había resucitado.
Sólo una breve contraposición. Si San Juan Crisóstomo, como vimos, identifica el concepto teológico del seno de Abraham con el Paraíso:
“Fue llevado al seno de Abraham para que descansara y se reanimara en él. El seno de Abraham es el paraíso. Los ángeles, pues, sirvieron y llevaron al pobre y le colocaron en el seno de Abraham.”San Gregorio lo hace con el infierno:
“Si Abraham no estuviese todavía en aquellos abismos, el rico, entre los tormentos, no podría verlo. Los que han seguido los caminos de la patria celestial han sido depositados después de su salida de la carne en el seno del infierno, no para sufrir un castigo como pecadores, sino para que descansen en aquellos remotos lugares (puesto que aún no había llegado la intercesión del Mediador), en tanto que les impedía la entrada en el cielo la mancha de la culpa original.”Parece ser que nos movemos entre las ideas del seno de Abraham: o situado en el Paraíso o situado en el infierno.
En este segundo contexto, como región periférica del infierno, algunos Santos Padres asociaron este concepto teológico del seno de Abraham a la idea de limbo o lugar de espera de las almas de los justos hasta la redención de Cristo.
Sin embargo, volvamos a las piedras románicas de Estella. ¿Qué necesidad tenían de colocar la iconografía del seno de Abraham como concepto teológico cristiano cuando, según los Santos Padres, ese lugar ya está vacío desde que Cristo ha bajado a los Infiernos y ha resucitado? Además, ¿por qué incluir en esa iconografía a San Miguel?
Si el teólogo redactor de Estella conoce el pensamiento de San Juan Crisóstomo, puede enlazar el tema del seno de Abrahán con la presencia de San Miguel, el arcángel:
“El seno de Abraham es el paraíso. Los ángeles, pues, sirvieron y llevaron al pobre y le colocaron en el seno de Abraham.” En esta idea de San Juan Crisóstomo, se recogen los dos conceptos juntos que se expresaron en una sola iconografía en el templo de San Miguel de Estella: el seno de Abraham y el ángel que lleva el alma al seno de Abraham identificado como el Paraíso como contraposición al infierno, pues estamos ya en el Cristianismo.
No sólo eso, si nos fijamos bien, existe una separación física, pétrea, real entre el Infierno y la imagen del seno de Abraham. No ocurre lo mismo en la otra iconografía, la de la muerte del dragón apocalíptico, que, por cierto, ayuda a contextualizar toda la escena en el momento de la Segunda Venida de Cristo, la Parusía, es decir, el momento del Juicio Final de las almas.
¿Por qué esa separación física con ese reborde de piedra en forma de grieta? El teólogo redactor conocía bien el final del pasaje del evangelio de San Lucas cuando Abraham dice al rico:
“Fuera de que hay una sima impenetrable entre nosotros y vosotros: de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros no pueden, ni de ahí pasar acá”.
Una sima que San Juan Crisóstomo interpreta:
“Como diciendo: Podemos veros, pero no pasar a donde estáis. Nosotros vemos de lo que nos hemos librado y vosotros lo que habéis perdido. Nuestras alegrías aumentan vuestros tormentos; vuestros tormentos aumentan nuestras alegrías.” Un texto de San Juan Crisóstomo que Eriúgena acabó leyendo así:
“Había un enorme abismo entre ellos. Abraham gozaba de una quietud eterna, el rico se lamentaba en medio de una llama inextinguible. Además, el rico vio de lejos a Abraham. ¿Quién puede expresar cuán grande es el intervalo entre la alegría y la tristeza? Si es grande en esta vida, ¿cuánto más grande será en la otra, en la que ninguna tristeza acompañará a la alegría de los justos, y ninguna alegría acompañará a la tristeza de los impíos, concediendo el dictamen divino, de modo inmutable, retribuciones dignas de cada uno? Este es el gran abismo, esta es la gran grieta que separa los premios de los castigos.”Ya callo, pero opino que con las ideas de San Juan Crisóstomo y de Eriúgena se puede contextualizar el concepto teológico del seno de Abraham ya dentro del cristianismo, cuando ya se ha producido la Redención de Cristo, de la manera que se esculpió en el templo de San Miguel de Estella, Navarra.
Un abrazo a tod@s