42º 30' 32" N, 5º 26' 31" W. 8:53 a.m. 2º C. O lo que es lo mismo, mañana otoñal en Villaverde de Sandoval, ribera de los ríos Esla y Porma. La situación del monasterio de Santa María, oculto entre alamedas y circundado de fértiles vegas que esa mañana se sacudían los hielos de la noche en forma de mágicas brumas, no podía ser mejor para iniciar nuestro recorrido, al que os invitamos para hacer cualquier clase de comentario o simplemente acompañarnos.

Como todos habréis comprobado en vuestras andanzas románicas, los monjes medievales sabían bien donde situar sus edificios: los benedictinos, generalmente, en lugares elevevados (¿más cerca de Dios?), y los cistercienses en lugares retirados y ricos en agua o, como en este caso, en las riberas de los ríos donde, además de gozar de la belleza natural, conseguían más facilmente los productos del campo con que sustentarse. Creo que Xavi tiene por ahí alguna bonita foto del campo que rodea al monasterio, con caballos incluídos...

El
Monasterio Cisterciense de Santa María de Sandoval fue declarado Bien de Interes Cultural con la categoría de Monumento vinculado al Camino de Santiago en 1931. Aunque seguiré en próximas entradas, hoy os pongo un pequeño esbozo histórico. Resulta que cuando Alfonso VII se iba a casar con Doña Berenguela, hija de Ramón Berenguer, conde de Barcelona, en el séquito que la acompañaba venía otro conde, Poncio de Minerva, que más tarde se desposó con Estefanía Ramírez: fueron estos los que recibieron del rey en 1.142, como premio a sus servicios, el lugar entonces llamado
Sot-noval o
Saltonoval. Y el Conde, al parecer devoto de la orden del Císter, fue el que lo donó (1.167) al abad Diego Martínez y otros doce monjes bernardos de la Espina (Valladolid) este lugar para que fundasen el monasterio.

Continuará...
Abrazos cordiales a todos (¡y enhorabuena por las estupendas entradas de este finde!)