Romainmotier
Banco de FotosLa historia del monasterio de Romainmotier se pierde en la noche de los tiempos, quizás empujada también por su historia posterior.
Ubicado en una vaguada, más que un valle, cuyas colindantes lomas lo arropan hasta hacerlo casi desaparecer, se sitúa en zona turística a la que llegan las estribaciones del Jura, y por tanto, influjo borgoñón, que es como decir cluniacense, hasta la médula. Su escasa población surge en torno al monasterio dando al conjunto un carácter apacible y medieval del estilo que encontramos en otras poblaciones como Conques (F), p.e.
El primer asentamiento religioso y construcción de iglesia y monasterio se debe a San Romain y a San Lupicinio, monjes irlandeses del siglo V (c.450), seguidores de San Columbano y practicantes de su regla que tuvieron así el honor de fundar el monasterio más antiguo de Suiza, construcción que realizaron en el solar que hoy ocupa la abacial y que ocupó otra iglesia. Dice la literatura religiosa que este monasterio existía ya en el siglo VII pues fue citado en el 640 por Jonás de Bobbio al mencionar una fundación columbana “entre los bosques del Jura en la ribera del Nozon”. Fueron, al parecer, estos monjes los que solicitaron ayuda al conde borgoñón Sigismundo para fundar la abadía de San Mauricio de Agaune en el 515, que adoptó desde inicio la regla de San Agustin, como se ha indicado al mencionarla en Valais.
Lo que efectivamente existió en el siglo VII, hacia el 630, según nos evidencia la arqueología, es una ampliación por sustitución de la anterior iglesia por otra mayor pero con los mismos planteamientos de nave única, ábside semicircular y edículos a la altura del transepto. Esta segunda iglesia, cuya configuración final es del siglo VIII, fue consagrada por el Papa Esteban II y advocada a San Pedro y San Pablo, advocación que permaneció. Desde este momento, como corresponde, los monjes adoptaron la Regla de San Benito.
Con el transcurrir de los años, aparece en acción Adelaida, en el siglo X, personaje al que nos hemos referido ya en la historia de Payerne, quien dona el monasterio de Romainmotier a la joven abadía de Cluny sólo veinte años después de la fundación de ésta, lo que constituye un importante dato histórico sobre la aceptación de los planteamientos del Duque de Aquitania.
Esta donación de Adelaida, que justifica el título de abad de Romainmotier con que se definía Odilón y que perseguía la existencia de un abad común para ambos monasterios no fue efectiva por razones canonicales, por lo que tendrá que llegar Conrado de Borgoña, sobrino nieto de la donante, para ceder en 990 esta abdía a Cluny, sin más.
Será Odilón quien haga de este dominio un sitio privilegiado, quien favorezca su desarrollo con fuertes inversiones financieras y de asignación de otros recursos y quien construya la actual abadía, de cincuenta metros de longitud, de conformidad con los cánones cluniacenses, incluso basándose en Cluny II, construida en 981, aunque luego será modificada en los siglos XIV y XV. En la reforma de 1536 el priorato cluniacense es secularizado y posteriormente destruido su claustro; hasta esa fecha, sin embargo, el priorato lucha por su emancipación de Cluny, llegando incluso en algún momento a detentar el carácter de principado protegido por la nobleza suiza con dependencia del obispo de Lausanne, pero también a mantener en el siglo XII una titularidad compartida entre emperatriz y Cluny.
Lo que hoy encontramos es una iglesia de tres naves de cuatro tramos con transepto y torre rectangular sobre crucero terminada en una cabecera gótica plana que sustituyó a la inicial de tres ábsides semicirculares. Tramos de base cuadrada los de la nave central cuyos formeros se apoyan sobre columnas con capiteles de decoración sencilla, geométrica y vegetal, bóvedas de medio cañón en las naves laterales alteradas por los vanos que las iluminan y bóvedas de nervios policromados en la central cuya mayor altura permite un claristorio del que participan los transeptos.
En el siglo XII se la añadió un nártex al que se accede por un porche del siglo XIV. En la bóveda del nártex hay frescos del siglo XIV con figuraciones de los Padres de la Iglesia y del Génesis.
Un bello ambón/atril del siglo VIII se conserva en el interior de la iglesia, cuyo exterior se decora con arcuaciones lombardas y lesenas ocasionales.
Actualmente es un centro ecuménico cristiano en el que alternan las diversas organizaciones para la celebración de sus oficios. Saludos.