Queridos amigos:
Ahora que me dispongo a desayunar una buena tostada con aceite
, he recordado una iconografía relativamente poco frecuente en el románico:
la elaboración del pan. En un capitel de la Colegiata de Alquezar se narra la Teofanía a Abraham en el encinar de Mambré:
«Se apareció Yahvé en el encinar de Mambré, mientras Abraham estaba sentado a la entrada de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzando los ojos miró, y he aquí que tres hombres estaban parados cerca de él. Tan pronto como les vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda y se postró en tierra. Y dijo: “Señor mío, si he hallado gracia ante tus ojos te pido que no pases de largo junto a tu siervo. Que traigan un poco de agua, lavaos los pies, y tendeos bajo el árbol. Voy a traer un bocado de pan para que reconfortéis vuestro corazón. Luego pasaréis adelante: que para eso habéis pasado junto a vuestro servidor”. Y los tres contestaron: “Haz como has dicho”. Y se apresuró Abraham a llegarse a la tienda, donde estaba Sara, y le dijo: “Date prisa, amasa tres seas de flor de harina y cuece en el rescoldo unos panes”. Corrió al ganado, y tomó un ternero muy tierno y muy gordo, y se lo dio a un mozo, que se apresuró a prepararlo...» (Gn 18,1-7).
En unos de los laterales de un capitel de Alquézar (colegiata), se esculpen palmeras y la llegada de los tres hombres con bastones.
En la zona central, bajo la escena más habitual del sacrificio, está el mozo asando el ternero:
Por cierto, el instrumento de hierro utilizado en la anterior escena serían los
espedos, como estos que os pongo a continuación:
Puente de Sabiñánigo. Museo Angel Orensanz y Tradiciones populares del Serrablo
Y finalmente, la curiosa escena de Sara amasando las «seas» de flor de harina, que aquí adoptan la forma de una barra (en el capitel se observa otra ya preparada).
Pues nada, que aproveche...
Abrazos.