Hola a todos
En primer lugar, quisiera recordar que, como señala el doctor Alfons Puigarnau en su magnifica tesis
Imago Dei y Lux Mundi en el siglo XII: La recepción de la teología de la luz en la iconografía del Pantocrátor en Cataluña, por Taüll anduvieron talleres pictóricos que conocían el pensamiento de Juan Escoto Eriúgena. Si estuvieron talleres pictóricos con conocimientos sobre el pensamiento de Eriúgena, también pudieron hacerlo los escultores, ¿no?, quiero decir, el o los teólogos redactores de estos programas iconográficos
En segundo lugar, sobre lo de los fantasmas que me solicita el bueno de demiguel, supongo que se refiere a la teoría sobre las imágenes que tiene Eriúgena. La recuerdo brevemente:
“Sin embargo, las mismas imágenes se toman o de la naturaleza de la memoria –es decir, de la parte del alma que está dedicada a la formación de las imágenes- o exteriormente desde la superficie de los cuerpos a través de los sentidos exteriores. Sin embargo, las que vienen del exterior se llaman propiamente fantasías, empero, las que proceden de la memoria, fantasmas.”
“La fantasía es la imagen que tomada de cierto cuerpo o color o espacio visto por mí a través del sentido, finjo verla en mi memoria.”
“El fantasma es aquella imagen que finjo sobre algo nunca visto por mí, imagen que no inmerecidamente se llama falsa, porque aquello que piensa o no es completo, o si es, no es así como la imagina. Donde hay que notar, si seguimos a San Agustín, que el fantasma no nace de ninguna otra parte sino de la fantasía. Pues es –como él mismo dice- la imagen de la imagen, esto es, la imagen que nace de otra imagen.”
La cruz con las seis esferas sería una imagen de aquello nunca visto por el artista, porque aquello que piensa o no es completo, o si es, no es así como la imagina, ya que siguiendo a San Agustín, un fantasma es la imagen que nace de otra imagen.
Este mismo criterio de la esfera como símbolo de la naturaleza se puede aplicar también al tímpano de Bossost que nos propone Xavi:
En el dintel, el elemento vegetal que recuerda que para la tradición neoplatónica el Verbo, Cristo, es el Árbol de la vida plantado en medio del Paraíso. En el tímpano, ese crismón que tantas veces hemos comentado, acompañado de la siguiente secuencia:
O
OO
OOOO
O lo que es lo mismo siguiendo con la interpretación de la esfera como naturaleza: Del Uno, de la divinidad, (O) a la multiplicidad de la división cuádruple de la naturaleza (OOOO), a partir de la naturaleza que crea y que es creada, las ideas ejemplares creadas en el Verbo, el que se encarnó poseyendo la doble naturaleza (OO), divina y humana. Además, desde el Uno (O) a la Multiplicidad (OOOO) se puede trazar un triángulo.
O, dicho en palabras de Eriúgena, de arriba abajo, del Uno (O) a la Multiplicidad (OOOO) el Egreso de Dios; de abajo a arriba, de la Multiplicidad (OOOO) al Uno (O), el Regreso de todo al creador.
Principios teológicos hechos geometría y reducidos a números. Ahora, tendríamos que hablar de los neoplatónicos, de Plotino, de Platón, de Pitágoras...
Pero, bueno siempre se puede reducir a ver simplemente siete agujeros perfectos colocados a los lados de un Crismón.
De la otra manera: siete esferas (referencia al Uno Padre), el Crismón (referencia al Uno Hijo) y las otras siete esferas (referencia al Uno Espíritu Santo), una manera original de hablar de la Unidad y la Multiplicidad divina, es decir, del Dios Uno y Trino, de la Trinidad del Dios Cristiano.
Ya paro, que me enrollo. Pero, estas identificaciones son tan hermosas...
Un abrazo a tod@s