Hola a todos
Xavidc, un trabajo magnífico, como siempre. Está claro que tanto los teólogos redactores como los maestros artistas conocían la famosa perícopa del capítulo II del libro de los
Hechos de los Apósotles:
Citar:
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. 2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. 3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo.
También del texto se deduce que la manera más práctica de representar a los discípulos es con el número 11, ya que Judas Iscariote ya no está con ellos y, además, no puede recibir el Espíritu Santo.
En la Capilla Perse, en Espalion, Francia, lo representaron así:
El programador teológico de Espalion entendió que los once (11) discípulos evangélicos llegaron al conocimiento de la DIVINA SABIDURÍA y los representa agarrando una filacteria o rollo profético con una de sus manos. Son once los personajes dispuestos, los once discípulos evangélicos. Sólo uno de ellos no lleva rollo profético, el personaje central. Pero, si nos fijamos bien, vemos que adopta la manera gestual que lo identifica claramente con San Juan Evangelista, ese discípulo que alcanzó el máximo conocimiento y, por eso, pudo escribir:
En el principio...
Por eso, como he comentado en otras entradas, llama tanto la atención cómo se resolvió este tema en este magnífico y conocidísimo relieve del claustro de Silos que, tradicionalmente, viene siendo conocido como el de
Pentecostés:
Como comentamos:
A) Desde el punto de vista de interpretación histórica: Del texto bíblico, no se deduce que la Virgen María estuviera presenta en el momento de Pentecostés y, en Silos, no sólo se ha representado a la Virgen María, sino que también se esculpió a 12 discípulos, no a once.
B) Desde el punto de vista teológico: ¿Necesitaba la Virgen María la venida otra vez del Espíritu Santo sobre ella, cuando ya lo había recibido en el momento de la Encarnación?
C) ¿Y los símbolos de la Paloma o de las lenguas de fuego como representación del Espíritu Santo, dónde se esculpieron en Silos?
Como otras veces ya he analizado, el relieve de Silos se interpreta desde otra perspectiva y con el apoyo de otro texto evangélico. De lo contrario, los otros siete relieves estarían hablando del Hijo encarnado y este último del Espíritu Santo.
Por eso, tu nueva aportación fotográfica vuelve a hablar sobre la necesidad de la presencia de determinados símbolos:
Aquí, sí que hay paloma y esas lenguas de fuego convertidas en una especie de filacterias de la iluminación, si se me deja utilizar esta expresión.
Xavidc, muchas gracias. Lo estoy pasando muy bien con tus nuevas aportaciones. ¡Hay tantos detalles plásticos por comentar!
Un abrazo a tod@s