Hola a todos
Hoy, volvemos a retomar una nueva variante del concepto de la correspondencia: enlazar dos imágenes (una del
Antiguo y otra del
Nuevo Testamento) para hablar de forma plástica de un concepto teológico. En este caso, se unen no solo dos imágenes, sino también dos series de figuras que pueden ser interpretadas en la misma clave simbólica.
Está claro que el zodiaco de la Puerta del cordero de la magnífica colegiata de San Isidoro de León se inicia en una de sus direcciones con el signo de Piscis. Un signo que remite directamente a Cristo.
Antes de nada, se debe recordar que, en la filosofía teológica neoplatónica, desde
San Agustín, el
pez no es sólo el
símbolo de Cristo sino que también se ha convertido en uno de los símbolos eucarísticos a partir del llamado banquete del Cristo resucitado con los siete discípulos (Jn, 21, 9ss.). De hecho, San Agustín compara al pez asado que encuentran los discípulos con Cristo crucificado:
“Piscis assus Christus est Passus”, el pez asado es Cristo crucificado. (In Johannis Evangelium tractatus, cxxxiii).
¿Por qué hablar de esta analogía? Se debe recordar el conjunto de imágenes de su tímpano. Un tímpano en el que se recogen (en una unión especial y en apariencia forzada) temas tanto del Antiguo como del
Nuevo Testamento.
Y si la clave de la utilización mezclada de los temas del
Antiguo y el
Nuevo Testamento estuviese, precisamente, en el significado anagógico o místico de esos dos peces que representan al signo de Piscis:
"Duo pisces duos testamenta, quantum ad sensibilia symbola pertinent, insinuant."(Juan Escoto Eriúgena)
Supongo que se entiende,
los dos peces son el símbolo de los dos Testamentos. Y temas de los dos Testamentos se unen en esta magnífica portada. Además, no se debe olvidar que San Isidoro de León acabó siendo la colegiata de una comunidad de canónigos acogida a la Regla de San Agustín. ¿Qué homilía puede leer un canónigo sacerdote en el Oficio de lectura?
Citar:
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. El hecho de que llevara Isaac la leña de su propio sacrificio era figura de Cristo, que cargó también con la cruz; además, llevar la leña del sacrificio es función propia del sacerdote. Así, pues, Cristo es, a la vez, víctima y sacerdote. Esto mismo significan las palabras que vienen a continuación: Los dos caminaban juntos. En efecto, Abrahán, que era el que había de sacrificar, llevaba el fuego y el cuchillo, pero Isaac no iba detrás de él, sino junto a él, lo que demuestra que él cumplía también una función sacerdotal.
De las homilías de Orígenes, presbítero, sobre el libro del Génesis
(Homilía 8, 6.8.9: PG 12, 206-209)
Eso, el tema del juego de las correspondencias. Por cierto, ¿quiénes pueden realizar el sacramento eucarístico? La respuesta es obvia.
¡Feliz fin de semana!Un abrazo a tod@s