Hola a todos
En primer lugar, felicitar a Xavi por las últimas entradas en este tema; son magníficas.
Hoy, una curiosidad, que sirve para poner de manifiesto el alto conocimiento de las fuentes bíblicas que tenían los teólogos redactores del románico. Después, su magisterio era interpretado en clave de imágenes por los maestros artesanos.
Esta icnonografía procede del templo de San Nicolás, en Soria, aunque se guarda en el claustro de la concatedral de San Pedro de dicha ciudad.
Ya, en otras ocasiones, hemos comentado que, en el románico, siempre podemos comparar la correspondencia directa entre texto escrito (en este caso, uno de los evangelios) y la iconografía románica a través de ciertos detalles plásticos.
El episodio de la Entrada a Jerusalén se encuentra en los cuatro evangelios:
1. El evangelio de San Juan (Jn. XIV, 14) habla de un
asno o pollino:
“Al encontrar un asno, Jesús montó sobre él, conforme a lo que está escrito”2. Lo mismo que el de San Marcos (XI,7):
“Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó”.3. Y en el evangelio de San Lucas (XIX,35):
“Luego llevaron el asno adonde estaba Jesús y, poniendo sobre él sus mantos, lo hicieron montar.”4. En cambio, en el evangelio de San Mateo (XXI,7) el protagonismo se lo lleva el
asna y su
cría:
“trajeron el
asna y su
cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó.”
Tal y como lo esculpieron en San Nicolás de Soria.
Pero, además, el que preparó la ejecución de esta escultura conocía muy bien el evangelio de San Mateo y sus símbolos; ya que, si nos fijamos bien, en este relieve aparece
San Pedro con las
llaves del cielo. De hecho, como ocurre con el tema del asna y del pollino, el episodio de las llaves de San Pedro sólo aparece recogido en el evangelio de San Mateo, en ninguno más:
Citar:
“Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.” (Mateo, XVI, 18-19; ed. BAC)
No solo esto, cuando en el evangelio de San Mateo se produce la entrada a Jerusalén en el capítulo XXI, San Pedro ya ha obtenido la promesa de las llaves de los cielos, capítulo XVI. Ahora bien, Cristo todavía no ha resucitado.
Sea como sea, el teólogo redactor de este relieve conocía los detalles de la teología del evangelio de San Mateo.
Sin embargo, San Pedro va el segundo detrás de Cristo. ¿Qué discípulo puede ser el representado como el primero, el que va justo detrás de Cristo? Desde la teología, sólo cabe una explicación lógica: el discípulo era el mismo que se recostó sobre el pecho de Jesús en la última cena, San Juan Evangelista.
Pero, entonces, ¿y el tema de la primacía de Roma? ¿Cómo queda? No sé por qué, este detalle iconográfico de Soria, el desplazamiento de San Pedro, junto al detalle iconográfico de la llave, me ha hecho pensar en la iglesia celta- irlandesa.
¡Feliz fin de semana!Un abrazo de tod@s