Sí, querido amigo. Desde mi modesto punto de vista, el concepto que transmite la presencia de Longinos en esas dovelas de la portada de Sto Domingo de Soria, es la Predestinación, un concepto cristiano que también Eurígena defiende frente a las teorías extremas que Godescalco había llevado la doctrina de San Agustín.
Citar:
»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y ésta es la condenación: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.JUAN 3:16-21
Por eso procuro moverme con cautela ante lo novedoso del tema. Es cierto que estaba escrito que Jesús había de descender al Hades y rescatar de él a Adán -el Limbo de los Patriarcas donde yacen los Primeros Padres- o que con un significado teológico muy distinto al actual, utiliza el concepto que se aplicó al Infierno antes de la redención de la Cruz, pero de hecho
Inferos es la traducción latina del girego
Hades. Nada más, pero tampoco menos.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él y por tanto para Agustín, Cristo es vencedor del Hades, ya que después de haber sido muerto, Jesús desciende al infierno de los Justos donde aguardaban la resurrección los no bautizados y vencer definitivamente a la muerte tras completar el ciclo cristiano de la vida eterna prometida, a todo aquel que haya creído en Él.
ANASTASIS DE LA PORTADA DE STO. DOMINGO DE SORIA (REDENOMINACIÓN)La Anastasis tuvo lugar antes de la Resurrección corporal del sepulcro acontecida al tercer día de la crucifixión. Los dictados de la Sagrada Escritura habían de cumplirse y por esto el
Acta Pilati o Evangelio de Nicodemo, y la Anastasis recogida de manera precisa en él, son textos en los se asocia la Predestinación y el descenso de Cristo al Hades (
Descensus ad inferos), insistiendo en la reveladora redención sobre la muerte y la salvación de la humanidad afectada por el pecado original, si bien el significado primordial del término es el de alzamiento o resurrección.
Tal énfasis en el imaginario infernal, especialmente desarrollado en las imágenes occidentales, conduce a que en ciertas ocasiones no se distinga el limbo de los patriarcas del infierno de los tormentos, una ambigüedad que también tiene su paralelo en lo teológico, pese a comentarios como los de San Agustín en
De Civitate Dei, XXX, 15, o los de Gregorio Magno en sus
Moralia in Iob, y así resulta excepcional -en este mismo sentido- la imagen del fol. 17v. del Beato de Gerona

(Ver Banco de Fotos), donde se establece una clara distinción entre el limbo y el infierno, quizá como reflejo del texto agustiniano, según precisa Don Joaquín Yarza.*
Todos estos 'personajes' están predestinados a salvarse a través de Cristo, al igual que Longinus, puesto que el centurión romano cree en Él, aún cuando acaba de traspasar con su lanza el costado del hijo de Dios, e inmediatamente -y sólo por creer- es redimido de acto tan criminal. Motiva el acto de su absolución, el testimonio excepcional que transmite como testigo presente y último actor de la violenta muerte corporal de Cristo, pues se le atribuye la afirmación «Verdaderamente éste era Hijo de Dios», y esto le salva y le concede la vida eterna.
Citar:
»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
La leyenda de Longinos se originó en la Baja Antigüedad y el Medievo agregó datos sobre su vida, su nacimiento en Lanciano, Italia, su conversión al cristianismo y su muerte, hasta llegar a ser considerado un santo por la Iglesia Católica y otras comuniones cristianas.
Nuestro Longinus, canónigo regular de san Agustín, mediado el s.XII, y tonsurado a la irlandesa, ha abrazado la vida en común al estilo de los apóstoles y es al que nombro supuesto maestro escultor de la portada románica de Sto. Domingo de Soria, quizá financiado por el Obispo Esteban de Osma (1141-1147). Por esto se autorretrata como malvado pecador y protagonista en dos pasajes del Evangelio que nos hacen reflexionar sobre la teología de la Predestinación defendida por Eurígena; dos pasajes que nos conducen a la Revelación del principal enunciado del cristianismo, puesto aquel que de verdad crea en Él, será salvado para la vida eterna.
NOTAS:
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