Hola a todos
Antes de nada, ya aviso que esto va de divertimentos románicos producidos por curiosidades y que, el desarrollo, saldrá un poco largo. Dejamos la última entrada con el magnífico crismón de Jaca, sobre el que existen diversas interpretaciones.
La más conocida, la que habla del carácter trinitario de su inscripción. En el cielo (parte alta del crismón), el Padre; en el centro el crismón, el Hijo; en la actualidad de la Iglesia, em la Tierra, (parte baja del crismón) el Espíritu Santo.
La segunda, la que habla del carácter religioso-político del símbolo. En la parte alta, el Padre; en el centro, el Hijo; en la parte baja, el símbolo del rey Sancho Ramírez, el nuevo Constantino el Grande, el introductor de la nueva romanitas (la reforma gregoriana) con la ayuda del Espíritu Santo.
Pero, claro está, allí están esas letras Alfa y Omega colocadas de diferente manera a las de San Pedro el Viejo o San Salvador de Ejea de los caballeros. ¿Por qué están ubicadas en esa posición? Está claro que aportan equilibrio y equidistancia, además de representar la manera natural de la escritura. Pero, entonces, ¿por qué la inscripción no se inició junto a la letra Alfa?
Divirtámonos un poco. ¿Qué lugar ocupa la letra Alfa en el crismón de Jaca en relación al calendario solar celta?
Está claro que coincide con la fiesta de Shamain, o lo que es lo mismo, la fiesta litúrgica cristiana de todos los Santos. ¿Qué lectura se realiza en esta fecha litúrgica?
Citar:
“Luego vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: <<No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.>> Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel.
Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con fuerte voz: <<La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.>> Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, Amén>>
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: <<Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?>> Yo les respondí: <<Señor mío, tu lo sabrás.>> Me respondió: <<Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.>>
Lectura del libro de Apocalipsis 7, 2-4, 9-14.
El crismón como el sello del Dios vivo para los elegidos, entre ellos, Sancho Ramírez, el rey de la nueva romanitas.
Pero, lo más divertido del caso es que, desde esta perspectiva teológica y litúrgica, se entiende perfectamente este otro crismón:
Es el famoso crismón de la Ermita de San Bartolomé, en Aguilar de Codes, Navarra. Ese que tiene dos inscripciones:
• En el dintel del tímpano se escribió:
“Entraré en tu casa, Señor, te adoraré en tu santo templo, en tu temor.”• En el marco circular del crismón se labró:
“El cordero que fue asesinado es digno de recibir los bienes de la virtud, de la divinidad, de la sabiduría, de la fortaleza.”En el dintel se habla de entrar en la casa del Señor, en su santo templo, como también se indica en el versículo 15 del capítulo 7 leído en la festividad de Todos los Santos:
Citar:
“15 Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”
¡Vaya versículo para un rey que se erigió en el valedor de la nueva romanitas (introduciendo la liturgia gregoriana y los demás conceptos asociados a ella) a la manera de Constantino el grande, el del lábaro del crismón! Claro está que si Eusebio y otros autores contaban que, yendo a combatir Constantino contra Majencio, se le apareció sobre el mediodía en el centro del Sol una cruz de luz, con esta inscripción: HOC SIGNO VlNCES (con esta señal vencerás) y que entonces fue cuando mandó poner en el lábaro la señal de la cruz con el monograma de Cristo, ¿qué mejor símbolo, que el sello del Dios vivo del Apocalipsis, para un rey (Sancho Ramírez) y una Iglesia (la romana) que tenían que combatir contra los infieles? De paso, exaltación de la catedral de Jaca, como el nuevo Santuario del Dios vivo en el que se realizarán los nuevos ritos y cultos.
Y, claro está, el alfa, en el crismón de Aguilar de Codes, también ocupa la misma posición porque para los celtas su Shamain, su festividad de Todos los Santos, era la fiesta que significaba el nacimiento del año, es decir, su principio. De hecho, era considerado el “Año nuevo celta”, es decir, el Alfa del ciclo solar, esa idea que encaja de forma perfecta con una cruz de luz en el centro del Sol y la liturgia cristiana romana celebrada en la festividad de Todos los Santos.
De hecho, podemos estar contemplando una doble cruz, la latina (o de San Pedro, Iglesia de Roma) y la griega (o de San Andrés, Iglesia Ortodoxa de Constantinopla) en el centro del ciclo del Sol, el sello del Dios vivo para los valedores de la nueva romanitas, los verdaderos elegidos de Dios.
Nada, un divertimento a partir de curiosidades románicas. Ahora, sólo espero vuestra sonrisa y que os lo hayáis pasado tan bien leyéndolo como yo al realizarlo.
Un abrazo a tod@s