Hola a todos
Avancemos un poco más en este tema e intentemos analizar si existe alguna posible correspondencia en la siguiente evidencia: hasta nuestros días, han llegado una serie de representaciones de San Miguel matando el dragón Apocalíptico que han sido sometidos a lo que denominamos una decapitación realizada por la erosión selectiva e inteligente.
Este sería, por ejemplo, el caso de este capitel del templo de Santa María, en Piasca, Cantabria, del que otras veces ya hemos dialogado.
¿Qué dice el relato apocalipstico:
Citar:
6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días.
7 Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron.
Apocalipsis XII
¿Qué pasa con ese número, el
1.260?
Para Joaquín de Fiore ,
en 1260, se produciría la
Tercera Edad, la del inicio de la Edad del Espíritu Santo.
De entrada, la profecía sobre la cifra de 1260 se encuentra en la Biblia en dos libros:
a) El profeta Daniel: VII, 25; XII, 7.
b)
El libro del Apocalipsis de san Juan: XI, 2; XI, 3;
XII, 6, XII, 14; XIII, 5.
Joaquín de Fiore, junto a los textos anteriores del profeta Daniel y de San Juan, también utiliza el evangelio de San Mateo (Mt. I, 1-17) para postular la fecha profética de
1260, argumentando que lo mismo que transcurrieron 42 generaciones entre Abrahán y Jesucristo, la segunda Época, la de la Encarnación del Hijo, finalizará en este año, es decir, 42 generaciones después de Jesucristo. ¿Cómo lo calculó? Para Joaquín de Fiore, Jesucristo engendró a sus hijos espirituales a los 30 años, cuando comenzó su vida pública. Por eso, cada generación a partir del Nuevo Testamento tienen que contarse de 30 años. Por lo tanto, 42 generaciones de 30 años cada una, hacen un total de
1260 años.
Es decir, para Fiore la Encarnación de Cristo, la Segunda Era de la Salvación, tiene una fecha de caducidad, el año de
1260.
Pero, para conocer un poco más esa nueva era, hay que leer un poco:
Citar:
“Joaquín aplica este texto a su tercer estado. De hecho, cuando crea su propia comunidad de monjes no lo hace con la idea de restaurar viejos ideales de perfección, sino que lo hace mirando a un futuro preñado de novedad. Para él, San Benito fue el “iniciador” de esa nueva era. Él quiere una nueva orden de eremitas, cuyo modelo de vida no es la vida apostólica, sino la vida de los ángeles... Se trata de “hombres espirituales” comparables a los ángeles de los que habla el Apocalipsis (Apoc. 14, 17-18)...
No será ya éste el tiempo de la Iglesia de los sacerdotes, porque ellos habían sido propuestos para la administración de las figuras... De esta manera, a la edad de Pedro (la iglesia de los clérigos) sucederá la edad de Juan (la iglesia de los hombres espirituales)."
PINEDA de la, J. A, (Departamento filosofía, Universidad de Oviedo), "Lógica del gran tiempo en Joaquín de Fiore (1130-1202)", en Teorema Vol. XXII/3 (2003), pp. 131-142, p. 136
Supongo que, en la unión de todas estas ideas, se halla una buena explicación para que la erosión selectiva e inteligente coja el cincel y la maza...
Nada, correspondencia entre esculturas románicas, ideas y actuaciones sobre esas ideas.
Un abrazo a tod@s