Hola a todos
Hoy, toca hablar de la correspondencia entre un objeto plástico, un libro, y su integración en un programa iconográfico, utilizado como elemento de identificación en diferentes programas del mismo obispano, en este caso, el de Pamplona y a pocos kilómetros de distancia entre las dos poblaciones: el Monasterio de Leire y la ciudad de Sangüesa.
Por buscar la HAGIA SOFIA que le permitiera conocer cómo era posible la contemplación eterna de Dios, San Virila, el abad de Leire, entró en un sueño místico, en un éxtasis contemplativo, que, según la leyenda, duró 300 años.
Así como el camino tiene en el apóstol Santiago su guía, la comunidad monástica de Leire encontró en el santo abad el modelo de la fe contemplativa. Una fe contemplativa que quedó reflejada en el tímpano de su magnífica puerta Speciosa.
Según diversos estudios consultados, las figuras representadas en el tímpano:
serían Cristo, la Virgen María, San Pedro, San Juan y dos figuras más a las que habría que añadir otra figura hoy desaparecida. Estas tres últimas figuras vendrían a identificarse con los tres evangelistas.
Aunque es evidente que la iconografía de Cristo con un libro no es algo nuevo; sin embargo, no deja de sorprender que no se dé en un contexto apocalíptico. En esta magnífica portada, Cristo sostiene un libro no como la Maiestas Domini, pues no aparece rodeado por ángeles o por un Tetramorfos.
De entrada, a nadie se le escapa que la Virgen María representa el modelo por excelencia de la fe contemplativa. Si os parece bien, pasemos al análisis de las siguientes figuras. San Pedro junto a la Virgen, con libro y llave. ¿Por qué sostiene un libro San Pedro? Porque es un escritor bíblico aceptado por el canon de la Vulgata. Junto a Cristo, San Juan, también con libro. Quedan dos figuras más con libro e instrumentos de escritura y la marca de otra figura hoy desaparecida del tímpano. ¿Qué pasaría si esta figura desaparecida también fuese connotada con un libro? Hay estudios que dicen que esto pone de manifiesto que se trataría de evangelista que falta. Así proponen que tendríamos: Cristo, la Virgen María, San Pedro y los cuatro evangelistas.
Sin embargo, fijémonos en un detalle iconográfico importante, en la asimetría aparente de la estatura de las figuras:
• Cristo, el más alto
• La Virgen María y San Juan Evangelista, casi tan altos como Cristo, los modelos de la fe contemplativa, pero más altos que la pareja siguiente
• San Pedro y otra figura que suponemos que es San Mateo, ya que es el único evangelio en el que se habla de la llave de San Pedro
• Una figura de tamaño más pequeño que coincide con la altura de la figura hoy desaparecida.
Creemos que en el libro que sostiene San Pedro está la clave. Los cinco personajes (si dejamos de lado a Cristo y a la Virgen María) serían los cinco discípulos (que no apóstoles) que tienen libros canónicos aceptados por la Vulgata y que están colocados por un concepto de tamaño con una simbología muy clara, la de su importancia:
1. San Juan Evangelista, del mismo tamaño que la Virgen María, los modelos de la fe contemplativa.
2. San Pedro que estaría acompañado por San Mateo, ya que su evangelio es el único que explica el concepto de la llave.
3. Los de menor estatura o altura: Santiago el Menor y Judas Tadeo
Tendríamos así representados los cinco discípulos evangélicos a los que el canon de la Vulgata aceptó sus escritos y la explicación de la connotación de San Pedro con la llave pero, sobre todo, con el libro. Lo sorprendente del caso es que esta misma connotación, el libro que permite reconocer a los cinco discípulos evangélicos escritores del canon, se produce tanto en el discipulario del dintel como en el del friso de Santa María la Real de Sangüesa:
Un detalle plástico, este del libro, que ha permitido identificar personajes románicos, en un mismo territorio eclesiástico, el obispado de Pamplona, y a pocos kilómetros de distancia, Leire y Sangüesa. Nada, nuevamente, la correspondencia entre detalles plásticos, esta vez, a través de un libro.
Un abrazo a tod@s.