Hola a todos
Xavi, muy buena intuición. Tendremos que trabajarla. Con tu permiso, ahora, me gustaría hablar de dos letras, Alfa y Omega, en el arte cristiano. ¿Por qué utilizar en el románico, por ejemplo en los crismones,
una Alfa mayúscula y, sin embargo, una omega minúscula?
Joaquín de Fiore, en su Liber Figurarum (Libro de las figuras), un libro ilustrado sobre los principales conceptos teológicos, en la Tabla XIb del códice Reggiano, a través de la utilización de las apocalípticas letras Alfa (mayúscula) y Omega (minúscula) como un potente referente visual, explicó el concepto trinitario de las relaciones que se producen entre las tres personas de la Trinidad, en definitiva, su visión de la fórmula del “Filioque”:
Para Fiore, la relación entre las tres personas de la Trinidad se puede explicar en clave de procedencia:
· Dos, El Hijo y el Espíritu Santo, proceden de uno, el Padre.
· Uno, el Espíritu Santo, procede de dos, el Padre y el Hijo.
Para Fiore, la letra minúscula Omega demuestra cómo UNO, el Espíritu Santo, representado por el asta central de la letra Omega, procede de DOS, el Padre y el Hijo, los “dos” extremos de la letra omega.
Joaquín de Fiore, a través de la letra omega, se refiere a la procedencia “doble” del Espíritu Santo y la convierte, así, en un referente visual del propio Espíritu Santo, el que, según su propia filosofía teológica milenarista, representa el final del tiempo en la historia de la Salvación humana, como la letra omega es la última del alfabeto griego.
Un abrazo a tod@s