Hola a todos
Antes de nada, con el sabor del café y el recuerdo de la amistad, feliz día de domingo para tod@s.
Como reflexionamos hace algo de tiempo y pusimos de manifiesto en una entrada reciente, la del frontal del altar de Lluçà, existe la posible influencia de las ideas de Joaquín de Fiore en algunas de estas iconografías. Intentemos avanzar un poco más.
En el Museo Nacional de Arte de Cataluña, de Barcelona, se conserva esta tabla del frontal del altar románico de Sant Andreu de Baltarga, un templo consagrado en el año 891 y que se encuentra en la comarca de la Cerdanya. Por otro lado, se trata de un frontal que el mismo MNAC fecha hacia el 1200.
Con la intención de ayudar a interpretar la resolución de la fotografía, paso a describirlo en palabras. El frontal está compuesto por cinco compartimentos.
1. El central, ocupado por la representación del Pantocrátor dentro de una mandorla y rodeado del Tetramorfos.
2. El superior derecha (desde la perspectiva del Pantocrátor), en el que se hallan las figuras de la Virgen María con San Juan Evangelista.
3. El superior izquierda, con la representación de San Andrés y Santiago.
4. El inferior izquierda, con la representación de San Felipe y Santo Tomás.
5. El inferior derecha: con la representación iconográfica del martirio del santo titular, San Andrés, en presencia de Egeas. Una iconografía que recuerda a la de San Pedro de la Rúa, en Navarra.
Tanto el Pantocrátor como la Virgen María y la representación de los cinco apóstoles se hace con un libro en la mano. Además, dejando de lado al Pantocrátor, los seis personajes restantes son identificables por la presencia de un rótulo con su nombre, que hasta Egeas posee.
Vayamos por partes. De nuevo, San Juan Evangelista y la Virgen María ocupando el espacio de la derecha del Pantocrátor. ¿Qué discípulos están representados? Algunos de la lista de los primeros discípulos según el evangelio de San Juan. ¿Quién fue el primer discípulo de Cristo según dicho evangelio?, San Andrés. Según las interpretaciones exegéticas del evangelio de San Juan, los seis primeros discípulos de Jesús serían: Andrés, Juan, Pedro, Santiago, Felipe y Natanael (Bartolomé).
En este frontal de Baltarga, también nos encontramos ante la lista de seis nombres: Andrés, Juan, la Virgen María, Santiago, Felipe y Tomás.
Si comparamos estas dos listas, podemos comprobar que se producen dos ausencias, Pedro y Natanael, y espero que me permitáis escribir que la de San Pedro sí que es significativa. Aunque, también podemos comentar que, en su lugar y sustitución, se producen dos nuevas presencias que, de igual manera, podemos calificar como significativas: la de la Virgen María y la de Santo Tomás. Intentaré explicarlas.
En la representación iconográfica de este frontal, la Virgen María se halla ocupando el lugar reservado iconográficamente para San Pedro, a la derecha del Pantocrátor, y, además, está colocada junto a San Juan Evangelista. O, lo que es lo mismo, la representación de la nueva Iglesia espiritual según las ideas teológicas de Joaquín de Fiore que comentamos en nuestra entrada del frontal de Lluçà. Pero, además, no debemos olvidarnos de que San Pedro es el hermano de san Andrés, el santo titular del frontal y bajo cuya advocación está el templo. Nos encontramos ante un frontal dedicado a San Andrés sin la presencia de su hermano Pedro.
¿Qué pasa con Natanael? Deja su sitio a Santo Tomás, el de la duda. De este discípulo, se narran tres episodios en el evangelio y siempre en el mismo evangelio, el de San Juan. El primero (Jn, 11,16), cuando les propone a los otros discípulos morir con Jesús (¿no se narra en el frontal el martirio de San Andrés en la cruz a imitación de Cristo?). El segundo (Jn, 14, 5-6), cuando ante la pregunta de Tomás, Jesús confiesa a sus discípulos que él es el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí. Pensemos, por un momento, en el Pantocrátor. El tercero y último (Jn, 20, 24-31), el episodio de la duda en el que Tomás acaba reconociendo a Jesús como Dios: “¡Señor mío y Dios mío!”. Vaya programa de fe.
Una vez más, ahora en el frontal de Sant Andrés de Baltarga, podemos afirmar que, seguramente, nos encontramos ante la acción ideológica de una teología determinada, en este caso basada en reminiscencias de lecciónes teológicas que remiten al pensamiento de Joaquín de Fiore. Además, el programa iconográfico se atreve a realizar variaciones y matices sobre pasajes evangélicos. Llega al extremo de eliminar la figura de San Pedro, tal vez como prefiguración, para los milenaristas seguidores de Fiore, de la nueva Iglesia espiritual que ha de venir cuando se produzca la Parusía, representada por la presencia del Pantocrátor rodeado del Tetramorfos. Ya callo.
Un abrazo a tod@s.