Hola a todos
La verdad es que la iconografía románica no deja jamás de sorprenderme. En una iglesia en la que se puede recordar eso de: “En Calatañazor, es donde Almanzor perdió su atambor":
(Templo de La Soledad, Calatañazor, Soria) existe la presente imagen, inusual por romper el ritmo de los canecillos, compuesta por:
§ una mujer con aureola y un libro en las manos
§ un águila, en la actualidad decapitada, a su derecha
§ un toro, a su izquierda
Lo sorprendente para mí es que ese conjunto representa, en sí mismo, una hermosa lección de teología plástica basada en el siguiente texto de San Ambrosio:
“Con pocas palabras ha expuesto San Lucas cómo y en qué tiempo y en qué lugar ha nacido Cristo según la carne. Pero, si quieres conocer su generación celeste, lee el Evangelio de San Juan, que ha comenzado por el cielo para descender a la tierra. Encontrarás allí cuanto Él era, y cómo era y qué era, lo que había hecho y lo que hacía, dónde estaba y a dónde vino, cómo vino, en que tiempo vino, por que causa vino.”que se completa con este otro de San Agustín:
“Esta Palabra, que se hizo carne, para que pudiera ser tocada con las manos, comenzó siendo carne cuando se encarnó en el seno de la Virgen María; pero no en ese momento comenzó a existir la Palabra, porque el mismo san Juan dice que existía desde el principio. Ved cómo concuerdan su carta y su evangelio, en el que hace poco oísteis: En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios.”En un templo del llamado románico rural, una iconografía realizada con grandes conocimientos de teología. Pero, como siempre escribo, grandes muy grandes los maestros escultores, pero los teólogos redactores de los diferentes programas iconográficos, incluso de los rurales, sabios, muy sabios e instruidos. Los curas párrocos, es otro tema. Claro está que siempre queda aquello de que estamos ante una colección de canecillos rota por la presencia de un águila decapitada, la imagen no clara de una mujer que sostiene algo entre las manos junto a la cabeza de un toro.
¿No es bonita la figura de la Virgen María con el libro, junto al águila y el toro, para expresar: “Esta Palabra, que se hizo carne, para que pudiera ser tocada con las manos, comenzó siendo carne cuando se encarnó en el seno de la Virgen María; pero no en ese momento comenzó a existir la Palabra, porque el mismo san Juan dice que existía desde el principio”?
Por cierto, mientras el águila de San Juan, símbolo de la naturaleza divina de Cristo, está ubicado a la derecha; el toro de San Lucas, símbolo de la naturaleza humana de Cristo, lo está a la izquierda. Ya callo.
Un abrazo a tod@s