Como es bien sabido, el primer relato narrativo completo de la vida y hechos del rey Arturo aparece en la Historia de los reyes de Gran Bretaña, de Geoffrey de Monmouth [
Historia Regum Britanniae], escrito en 1136. O, más exactamente, el relato de Geoffrey es el más antiguo que nos ha llegado en forma escrita, pero a partir de una serie de breves menciones y alusiones en los textos de otros autores anteriores, se puede deducir que la figura de Arturo era muy conocida incluso antes de que su leyenda hubiera sido escrita en un papel de pergamino.
Así, nadie parece dudar que todo el mundo estaba pasando por ser Arturo a principios del siglo XII. Ninguna fuente parece haber conocido mucho sobre éste rey, pero todos ellos dan la impresión de que era un colección de relatos, impresionante e importantísima. Es de suponer que algunos de los cuentos orales perdidos, son restos de antiguos relatos celtas, que se habrían expandido mezclados con otras historias de héroes locales. Si podemos creer el informe de los canónigos de Laon, el tema de Arturo debió ser suficiente 'real' en la época medieval, como para hacernos creer que las personas llegaban a las manos, mientras que situados en la línea para ver sus reliquias sagradas, álguien se atrevía a sugerir que el mítico Rey nunca había vivido.
Su embargo todo ello reposa en la tradición oral, puesto que los textos y cuentos se transmiten en aquel período de boca en boca, en lugar de ser escritos. Por ello son, por definición, efímeros y siempre se perderá su valor, ante la indiferencia de los historiadores de generaciones posteriores. Cualquiera que haya tenido que lidiar con estos asuntos, sabe lo molesto y eternamente tentador que es conocer, por ejemplo, que si en 1100, los cuentos sobre el rey Arturo circulaban ampliamente, por qué no se conoce qué tipo de cuentos eran, ni cómo se estaban relacionando con los romances artúricos, cuando mucho más tarde quedasen 'inventados' por Chrétien de Troyes a fines del siglo XII.
Sin embargo, hay un documento importante en el Banco de Fotos, que nos permite una mirada superficial contemporánea a la de Geoffrey de Monmouth, un conjunto de relieves en la arquivolta de la Porta della Pescheria de la catedral de Módena:
En el centro de la arquivolta hay un castillo con dos figuras que se identifican, por las inscripciones que las acompañan, como "Mardoc" y "Winlogee". A la izquierda, otro personaje provisto con un hacha, se dispone a la defensa del castillo; en él reza la inscripción "Burmaltus", mientras que tres caballeros cabalgando, están atacando, y sólo dos de ellos están identificados: El primero es "Isdernus"; el otro, "Artus de Bretania "(para una visión más detallada, ver
aquí). A la derecha, un caballero montado, llamado "Carrado", defiende el castillo ante la proximidad de "Galvagin", "Che" y "Galvariun".Hay otro montón de aspectos muy interesantes de estos relieves, no menos importantes, pero sobre todo el hecho, que son mostrados en un portal de la iglesia, por el que es de suponer que diariamente circulan cientos de personas.
Entonces, parece claro que lo que más interesa aquí es, ante todo, la idea que por lo general está fechada en 1120/1130 dC y por lo tanto, son anteriores al relato de Arturo escrito por Geoffrey. Y de hecho, parece que estos relieves nos muestran una versión más arcaica del Rey Arturo de la que se ofrece en los textos, especialmente en los romances cortesanos de Chrétien o sus seguidores e imitadores. Sólo recordar, que en la mayoría de los romances Artúricos, son los caballeros de la mesa redonda los que tienen las aventuras reales.
Sin embargo, no es así en la arquivolta de Módena. Aquí, nos encontramos con el propio Arturo de Britania, en la vanguardia del combate, como es de suponer que correspondía históricamente al Rey, durante la participación en alguna hazaña heroica en los únicos momentos en que la realeza debía batirse en el frente de batalla. Desafortunadamente, no podemos decir con ninguna exactitud a qué hazaña se refiere la arquivolta, pero por supuesto, la mayor parte del protagonismo, puede ser más o menos plausible, al identificar los personajes de los romances que más tarde formarán parte del consejo de Arturo. Así, Winlogee se correspondería con Guinevre, Isdernus con Yder, Galvagin con Gawain, Che con Kay, Galvariun con Galeshin y Carrado con Carados de Winlogee. El problema es que, si bien estas cifras encajan en el mundo artúrico, no hay ningún pasaje entre los textos sobrevivientes, donde aparecen citados en la misma acción combinada, tal y como de manera particular se muestran igual que en la arquivolta de Módena. Otro grupo extenso de investigadores, manifiestan actualmente un amplio consenso, sobre si los relieves de la Porta della Pescheria, estarían mostrando una variante del secuestro (y Rescate) de la reina Ginebra, un episodio mencionado por primera vez en el compendio de leyendas de mediados del siglo XII de Gildas.
Aún así, sigue siendo enigmática esta portada. ¿Quién fue exactamente Arturo y sus caballeros? ¿Qué están haciendo en Módena y por quién los que están luchando en las esculturas?. Así la importancia de estos relieves, nos muestra cómo un documento de las primeras leyendas del rey Arturo -en ausencia de otro material escrito-, nos aporta un novedoso significado, que aún siendo vago y difícil de alcanzar, garantiza una permanente revisión histórica de algunas de las facteas inherentes al románico universal.