Mientras nuestros tenistas, baloncestistas, futbolistas y demás privilegiados del deporte sigan manejando esas exageradas cifras por algo que no hacen del todo tan bien, necesitaremos una constitución que ampare los designios de los forofos.
Y al resto -si existe-, en este día tan especial les desearía que los presupuestos constitucionales del estado amplíen sus dotaciones en favor de la 'otra' cultura, la 'insostenible' -como el patrimonio y la investigación científica-, para conseguir erradicar de una vez el paro y la pobreza.