Calculo que mi afición al románico comenzó, por mandato divino como ya he dicho en repetidas ocasiones, hacia el año 2003. Antes no sabía distinguir entre el románico y el barroco, y ahora poco más, por cierto, pero ahora domino un poco la jerga relacionada y eso tapa mis desconocimientos. Dice mi contraparte, de ascendencia valenciana ella, que yo soy de los de "o tot o merda" y alguna razón debe tener a juzgar por el tiempo que dedico actualmente a esta manifestación que todavía no sé si es artística, social, política o doctrinal, o todo eso junto. El caso es que "cogí el toro por los cuernos" me dediqué a visitar el románico de los Pirineos y me apunté a una Asociación de Amigos del Románico que parecía iba a ser una cosa seria. Fuí de los primeros en apuntarme, mi carnet era el número 21, y probablemente el primero en salir corriendo de esa cosa, pero entre medias tuve la oportunidad de asistir al acto de presentación de tal ente celebrado en la Valdorba, en la iglesia del Cristo de Catalain. Para no extenderme omitiré los detalles de tal acontecimiento, sólo citar una frase de uno de los ponentes, el presidente de turno, dirigida a los habitantes de la Valdorba que concurrían al acto: "Quien tiene una iglesia románica, tiene una fábrica", y no lo decía por el contenido constructivo de la obra románica. Aquel acto me procuró, además, dos cosas importantes: La primera, cenar y dormir en un buen hotel local cuyo propietario es forofo del Real Madrid, y la segunda, hacer una breve visita a este valle, desde Catalain hasta donde se pierde la carretera entre las nieves de la montaña, pasando por Orisoain, por Leoz, de donde procede otra parte de mi familia política, la del arquitecto, y también por uno de los dos puentes románicos de la zona, en el que casi me mato dado su malestado y lo resbaladizo del musgo sobre sus piedras. La Valdorba merece una visita con calma, no sólo por su románico, pero también por su naturaleza y belleza del paisaje, que no por su paisanaje. Tiempo después en la Valdorba se formó otra Asociación parecida a aquella con sus publicaciones, que mantenemos en la biblioteca del Círculo, de la mano de unos anteriores directivos de la de los amigos y, como consecuencia, existió una estrecha vinculación espiritual entre ambas entidades, aspecto éste que parece haber cambiado, lo que es lógico. Y mientras, otras personas y yo batíamos el cobre en el foro de la de los amigos. No voy a hablar sobre ello porque no merece la pena. Ocurre que entre las muchas cosas que expuse entonces, aludiendo ocasionalmente a mi reciente entrada en el románico, una de ellas consistió en exponer que las criptas, como la de Orisoain, fueron usadas en el románico para nivelar el suelo cuando existía pendiente suficiente en el lugar sobre el que se pensaba construir la iglesia; lo cual no es absolutamente incierto, sólo que es al revés, algunas iglesias se construían en suelos con pendiente que permitían disponer de criptas para alojar sus reliquias y nivelar el suelo de la iglesia, como en Orisoain.
La gracia de esta historia es que cuando algunos Usuarios del Círculo Románico han visitado la Valdorba en fechas recientes y se han identificado como tales usuarios, además de recibir iniciales caras de disgusto han recibido también comentarios despectivos sobre quien esto escribe bajo el argumento de lo manifestado en aquel foro acerca de las criptas, como he dicho.
Mis queridos amigos de la Valdorba, ¿Habéis arreglado ya el puente?. En todo caso, bienvenidos a este lugar. Saludos.
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