PUENTE ROMANO SOBRE EL GUADIANA - MÉRIDATras el brillante y dilatado período de dominación romana, en cuya última etapa
Augusta Emerita llegó a ser la capital efectiva de las Hispanias, la ciudad no se vió ajena a las convulsiones militares y vaivenes políticos que afectaron a la Península Ibérica con la llegada de los pueblos bárbaros. Los alanos serán los primeros en someter la ciudad (409) y, treinta años más tarde (439), los suevos fijaron en ella la capitalidad de su reino. Los distintos invasores se alternaron hasta que bajo los visigodos se instaló un gobierno estable. La aristocracia goda ocupó los puestos de responsabilidad de la administración, tanto civil como militar, iniciándose un período de convivencia con el elemento hispano-romano que dio como resultado una mejora en las infraestructuras de la ciudad, dañadas por los acontecimientos bélicos.
La Iglesia emeritense, merced entre otras causas a generosas donaciones, adquirió una solidez económica envidiable. Llegados de fuera de la ciudad o formados intelectualmente en ella, la fama y carisma de los obispos emeritenses muy pronto habría de traspasar fronteras. A semejanza del poder civil, los obispos de Mérida emprendieron una intensa actividad constructiva, sobre todo bajo el pontificado de Masona (573 / 600).
La iglesia principal (
ecclesia senior) era la catedral, bajo la advocación de
Sancta Maria o
Sancta Iherusalem, en la que tenían lugar los actos más representativos y solemnes del calendario litúrgico. Fue sede igualmente del Concilio del año 666 que reunió en la ciudad a un buen número de obispos y séquito. Contiguo a la catedral, tan sólo separada por un muro y cubierta por la misma techumbre, estaba el baptisterio y, formando parte del mismo complejo, el palacio episcopal (
atrium).
Junto a este núcleo, el principal de la vida religiosa emeritense, brilló con luz propia un segundo, centrado en la basílica de Santa Eulalia, lugar en que, según la tradición, se había erigido un túmulo en honor de esta santa emeritense, martirizada a comienzos del siglo IV d.C. Otras basílicas (Santa Lucrecia. San Fausto...), ermitas (Santa Lucía, Santa Maria. .) monasterio (Cauhana, Santa Eulalia) y albergues para peregrinos dibujarían el paisaje arquitectónico religioso de la Mérida cristiana primitiva.
MAQUETA RESTOS DE LA BASÍLICA VISIGODA DE SANTA EULALIA (MÉRIDA)De los edificios civiles, caso del palacio del Duque Claudio, y administrativos poco es lo que se conoce, a no ser los restos de escultura decorativa, ahora en la importante Colección Visigoda que se conserva en el Museo, y que en su día debieron de formar parte de aquellos.