Registrado: Mié Jul 08, 2009 11:39 am Mensajes: 2818
|
La Enciclopedia del Románico dice (pg 61 del tomo de Madrid) sic: "La planta de un edificio es sin lugar a dudas el aspecto que más lo define.../...El caso más llamativo es, sin duda, la iglesia del convento de San Antonio de La Cabrera que cuenta con una cabecera de cinco ábsides semicirculares escalonados, crucero y tres naves. Se trata de un modelo excepcional dentro de la arquitectura románica española, donde el ejemplo más similra es la iglesia de Santa María del Azogue de Benavente (Zamora). Sin embargo, la iglesia del convento de La Cabrera es un edificio de dimensiones reducidas y gran sencillez pese a lo infrecuente de su planta. Aunque atendiendo a la misma pudiera considerarse un ejemplo del románico pleno, el desarrollo de cabeceras con cinco ábsides es frecuente en la arquitectura cisterciense. Ello, unido a su austeridad, podría indicar que nos encontramos ante una edificación más tardía, influida ya por los modelos de la orden Bernarda". Por su parte, Arteguías nos presenta el convento con el texto que copio :"La historia de esta construcción, una de las más valiosas de patrimonio medieval madrileño, está llena de conjeturas pues no existen datos documentales sobre su fundación. La hipótesis más aceptada es que el rey castellano Alfonso VI, coincidiendo con sus planes de atravesar el fronterizo Sistema Central para la conquista de Toledo, fomentara la ubicación de un pequeño cenobio benedictino-cluniacense bajo la advocación de San Julián en esta agreste sierra madrileña.
En 1404, se convierte en el convento de San Antonio de Padua. Alcanzó gran relevancia durante los siglos estando ligado a personajes de relevancia como los Mendoza, el duque del infantado o el Marqués de Santillana y el Cardenal Cisneros.
Desde el punto de vista artístico, la iglesia del primitivo monasterio es de estilo románico. Un ejemplar verdaderamente interesante pues a pesar de sus pequeñas dimensiones tiene una estructura arquitectónica compleja y radicalmente alejada de los sencillos templos concejiles de una sola nave.
La iglesia del Convento de San Antonio de la Cabrera presenta una compleja planta de tres naves, crucero y cabecera de cinco ábsides escalonados de planta semicircular y diferente altura. Los tres centrales se corresponden con la prolongación natural de las naves, mientras que los dos laterales se abren en los extremos de los brazos del crucero.
En el interior los elementos de apoyo de arcos triunfales y arcos de entrada al crucero son pilares cruciformes, mientras que los de prolongación de las naves son cuatro columnas de fuste cilíndrico y sencillos capiteles que podrían pertenecer a reformas o reconstrucciones ya del siglo XV.
Las bóvedas son de medio cañón menos las de los ábsides que son de cuarto de esfera. Y todos los arcos presentan perfil de medio punto.
Para otros autores, la construcción es posterior, de estilo cisterciense (y con probable construcción a partir de comienzos del XIII)
Estilísticamente, la sencillez de la arquitectura del Convento de La Cabrera no arroja demasiada luz. Incluso también ha sido relacionada con modelos prerrománicos, lo que apoyaría la teoría de edificio primitivo cluniacense, o por el contrario de la pureza impuesta por la orden cisterciense.
Sin embargo, hay que decir que este edificio presenta pocas relaciones con lo grandes edificios cistercienses que se diseminan por la Castilla de los siglos XII y XIII. Para empezar su tamaño es mínimo en relación a los casi catedralicios monasterios del Císter. Su modesta fábrica de mampuesto nada tiene que ver con la perfecta sillería cisterciense y nada hay en la Cabrera de arcos apuntados o bóvedas de crucería que fueron introducidos por los monjes blancos. Se puede comparar esta iglesia con los restos de Valdeiglesias (Madrid) Collado Hermoso y Sacramenia (Segovia) o Monsalud y Buenafuente del Sistal (Guadalajara) por citar sólo los monasterios del Císter geográficamente más cercanos y sacar sus propias conclusiones.
Las reformas posteriores a época románica se inician en los siglos XV y XVI, a las que pertenece la arquería conservada del claustro, el cuerpo bajo de la torre, los muros de cerramiento de oeste y sur con sus puertas adornadas con los escudos de la Orden y de los duques del Infantado, señores de la villa.
El cuerpo superior de la torre parece más moderno y podría ser del siglo XVIII"Por su parte, Románico Zamorano nos cuenta lo que sigue: "Pues aunque parezca mentira es un precioso templo románico del siglo XI-XII, perfectamente restaurado, y en la Comunidad de Madrid, exactamente a 57 Km. de la capital por la A-1 en el pueblo de La Cabrera. Esta zona tiene un asentamiento visigodo justo enfrente al templo y dicen que la iglesia se levantó sobre los restos de una ermita visigótica.
La iglesia pertenecía a la orden de los Franciscanos, pero a raíz de la famosa desamortización de Mendizabal, paso a manos de los descendientes de Goya, tras muchas vicisitudes el famoso médico madrileño Jiménez Díaz la compró y la rehabilito. Disfrutó de ella durante muchos años y cuentan que realmente la tenía como un palacio. Al morir quedo en poder de un familiar que supo que solo la disfrutaría durante un tiempo, y que luego pasaría de nuevo a manos de los Franciscanos, motivo por el cual se dedico a sacar lo que pudo y tras un tiempo abandonarla a su suerte.
Así estuvo durante casi veinte años, siendo presa de la rapiña de gente que la expolio y arruino, hasta el punto de profanar todas las tumbas que había en el interior del templo, por si encontraban algo de valor. Finalmente hace muy pocos años, un párroco de la zona dio parte a las autoridades y a los propios Franciscanos, al fin herederos y legítimos propietarios del templo , pese a su estado calamitoso.
Las autoridades avisadas al fin, y por una vez eficientes, pusieron los medios para la restauración tanto del templo, como de los alrededores y finalmente ante la imposibilidad de hacerse cargo los Franciscanos (por falta de medios), el monasterio paso a manos de los misioneros Identes, que actualmente la regentan y cuidan. Actualmente celebran convivencias y actos culturales y tienen previsto edificar una hospedería en unos terrenos contiguos.
Poco se sabe con certeza de su historia, parece ser que de la misma se guarda mucha documentación en el obispado de Toledo, pero esta sin clasificar. Sabemos que durante un tiempo fue incluso hospedería de nobles que acudían a la corte, fue residencia durante temporadas del famoso Marqués de Santillana, incluso del no menos famoso Cardenal Cisneros, natural de Torrelaguna, villa muy cercana. Durante otro periodo se uso como cárcel, digamos clerical.
Quiero dar las gracias al hermano que nos guió, explicó y atendió, a todas nuestras preguntas por su exquisita amabilidad y paciencia.
Dada la escasez, casi la nulidad de construcciones de este tipo dentro de la comunidad madrileña, creo que su visita es casi obligatoria. No solo por su poco corriente templo, también por su gastronomía, no olvidemos que las carnes de la Sierra de Guadarrama gozan de una merecida fama, el lomo de buey, las setas.
La Cabrera cuenta con un entorno natural incomparable, como bien saben los aficionados a la escalada, grandes rocas de elevadas paredes casi verticales, que nos conducen a sus cumbres, ya de alta montaña. Tengamos en cuenta que se encuentra muy cerca del puerto de Somosierra y por tanto casi fronterizo con Segovia. Y finalmente, la web del Ayuntamiento de La Cabrera, nos dice: Convento de San Antonio Dentro de esta página Web turística debe tener un lugar reservado la joya románica por excelencia del municipio de La Cabrera, el Convento de San Antonio. Este edificio religioso está en régimen de protección previsto para los bienes susceptibles de ser incluidos en el Inventario de Bienes Culturales de Madrid, de acuerdo con lo especificado en el apartado a) de la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985 de 25 de junio de Patrimonio Histórico.
Fué erigido un primer cenobio por los monjes Benedictinos en el Siglo XII, cuyos restos son la iglesia de tres naves, crucero y cabecera de cinco ábsides semicirculares escalonados con cubierta de bóveda de cañón. A principios del siglo XV hay una ampliación hecha por la orden Franciscana de la que subsiste la torre y parte del cerramiento interno del convento. En los años treinta se reedifica parte del convento, ampliándose la zona de residencia sobre las ruinas existentes del siglo XVIII, recuperándose además el sistema de riego.
Se encuentra situado en la falda del Cancho Gordo, a dos kilómetros del núcleo urbano de La Cabrera. Este convento forma parte de las numerosas rutas que se pueden realizar en este municipio y en el resto de la sierra.
Hay que recalcar la hermosa simplicidad de su interior, donde se acogen algunas piezas de importante valor, como es un San Francisco del S.XVII. En el primer ábside de la derecha, destaca una Virgen con Niño de época renacentista y en el presbiterio dos pinturas, una Comunión de la Virgen del pintor Claudio Coello y un San Francisco.
Mención especial merecen sus jardines, organizados en bancadas, paseos y recoletas, terrazas salpicadas de fuentes, estanques y pétreos regueros de agua. Se encuentra en buen estado de conservación y mantenimiento. El acceso es a través de la calle de subida al convento, tomando una pista asfaltada, nada más pasar el cementerio del municipio.
El convento tiene un horario de visitas y de misas.
Entrada gratuita Saludos
|
|