Con parecidas dudas planteadas por los otros intervinientes, la figura de José durante la Anunciación, en otras representaciones románicas es cuando menos colateral, como así lo hemos visto en Eguiarte (Na), donde además,las coincidencias estilísticas de los rasgos faciales de ambos arcángeles, en cada una de las localidades, separadas entre sí unos 200 km. por ambas riberas de la misma cuenca fluvial del Ebro, exceden -bajo este humilde criterio- lo méramente formal:
EGUIARTE -Na-Esta comparativa permite crear severas dudas sobre el tímpano de Gredilla, pues al recalar nuevamente aquí en la figura del arcángel, terminamos por plantear otra inquietud, relativa y aparente, tras advertir presumiblemente en la ejecución de la obra románica manos distintas, si comparamos la escena completa. Esto tendría sentido pleno, si aislamos la Anunciación desde la izquierda del tímpano hasta María; por el contrario, con José en la escena total de una Epifanía, la única explicación lógica sería que un deterioro fortuíto hubiere acaecido sobre el regazo de la Virgen, haciendo desaparecer la figura de Jesús niño de entre sus brazos. El desastre -provocado o real- hubiera llevado a una primera intervención -tal vez incluso en tiempos próximos a su edificación-, convirtiendo al rey mago en lo que vemos para salvar el resto de la escultura. Nótese en la fotografía el deterioro de las manos oferentes, la sombra que proyectan los dos brazos entregando el presente, extendidos, mientras un tercer brazo desproporcionado, muestra una enorme mano descansando sobre su rodilla...:
Pero si nos fijamos todavía mejor, diríamos que ese brazo del arcángel apoya más bien sobre la espalda de un cuerpo más proporcionado, que ha sido cercenado hacia la mitad del omoplato derecho. Sin especular mucho, lo vemos en perfecta proskinesis mientras nos permite ver aún el brazo que apoya su mano derecha sobre el dintel, transformado por esta nueva acción en burdo pie. Conocemos además, que en la mayoría de estas representaciones, el rey mago rara vez toca con su rodilla tierra, mientras el ángel sí. Si esto fue así ¿se utilizaron piezas procedentes de diversas esculturas? ¿se hicieron después? ¿hubo un fin premeditado? ¿un plan perfecto, para cambiar el sentido teológico de la escultura?.. Quizá no lo sepamos nunca.
Hay una tercera versión, sobre el mismo ángel que se aparece en sueños a José y que también encaja en el planteamiento de Corbio, pero pienso que entoces ya no serían ni San Pedro ni San Pablo, quienes deberían aparecer en los extremos de la escena.
Seguimos...?