Hola a todos
Supongo que me perdonaréis que me dirija a Candela de forma personal, ya que la aprecio desde que entró en el foro y me ha estado ayudando mucho a dialogar sobre lo que tanto nos une, el Románico.
En primer lugar, Candela, quisiera decirte que no tengas en cuenta las palabras de Eadan, en estos momentos y por enésima vez, una persona herida. Espero que me perdone por hablar por él, pues sabe que me sale del corazón por cuanto nos une.
En segundo lugar, ayer leímos unas opiniones versadas por alguien sobre el trabajo que se realiza aquí, en el Círculo Románico. Escribí que era mejor callar porque, personalmente, estoy cansado de este tema. Cada vez que un grupo de personas nos ponemos a dialogar de forma abierta sobre el románico con buenas intenciones, aparece el elemento que quiere volver a “condenar”, si me dejas utilizar esta expresión, una escisión de un grupo de personas que pensaban de otra manera y acabaron montando su propio proyecto, el Círculo Románico.
Como yo no estaba allí, si no te aburro, te explicaré cómo llegue aquí. Cuando tenía guardada en copia la formulación del ingreso en AdR, sólo me faltaba poner el número de cuenta, se me ocurrió salir a su foro a preguntar por la famosa inscripción de Biota, sólo por un detalle, nací allí, aunque desde hace muchos años no resido por motivos laborales y familiares. Imagínate, llevaba años estudiando la iglesia de mi pueblo, entre otras cosas, porque algunas de sus gentes, mis vecinos, por mi formación, me habían pedido si podía hacer alguna cosa para que la gente que fuese a visitar el románico de las Cinco Villas, no pasase siempre de largo y sólo fuesen a visitar Uncastillo, Sos y, un poco, Ejea. En el foro de AdR, eliminaron mi pregunta. ¿Te imaginas mi sorpresa? Pedí explicaciones, me remitieron un artículo de no sé qué, que francamente no entendí. Ni todavía hoy entiendo.
A partir de allí, alguien se puso en contacto conmigo y entré, poco a poco, en este proyecto. Un proyecto que me ha dado muchas alegrías, pero también tristezas. Porque, todavía hoy, no entiendo por qué personas (hombres y mujeres) que tenía por amigas han desaparecido de mi vida. Por eso, no quise entrar en las palabras que transcribí esta madrugada.
Candela, no me alargo más. Los nervios son malos consejeros. Creo que es mejor que continuemos, si te apetece, dialogando sobre el románico, porque ahora podría transcribirte los insultos, las descalificaciones personales a las que otras personas han llegado sobre mi persona sólo por plantear “diferentes visiones” para el románico.
Candela, llegué al románico, por el recuerdo de unas palabras, las de mi padre, cuando siendo niño, delante de la espléndida portada sur de San Miguel de Biota, esa del Pesaje de las almas, la Psicostasis, me dijo: “Hijo, estas piedras hablan.” Sinceramente, hoy puedo afirmar que mi padre tenía razón.
Candela y todos los demás, perdonadme si he acabado personalizando, no sabía cómo hacerlo. Cerremos este tema y continuemos dialogando para el bien común del Románico cada uno en su casa y Dios en la de todos. Aquí os esperamos para el diálogo. Un abrazo a tod@s
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