Hola a todos
En primer lugar, quiero manifestar públicamente que este texto está realizado con la intención de construir sobre lo ya andado, que es mucho y bueno. Que nadie interprete, entonces, lo que no es.
¿A quién teme Bernard?Después de volver a mirar esta magnífica fotografía:
Y de releer las no menos magníficas entradas de demiguel apuntando, entre otras cosas, a la escritura a hurtadillas del nombre de Bernard y al llamado genitivo sajón, me he hecho las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué (si soy el maestro) abrevio mi nombre y lo escondo en un capitel y no lo pongo a la vista, como ocurre en otros casos?
2. ¿Si soy de origen cultural latino y moviéndome entre los clérigos, qué necesidad tengo de abreviar mi nombre si lo escribo en lo alto de un capitel que sé que nadie verá en cuanto (si soy el maestro) ordene desmontar el andamio?
3. ¿Lo escribo así porque pertenezco a una corriente de pensamiento cristiano que no está bien vista, en esos momentos, por la iglesia de Roma, para la que ahora trabajo, ya que se ha unido al poder del rey de Aragón?
4. ¿Por qué siento la necesidad existencial de dejar constancia de mi trabajo, si soy el maestro, en un lugar tan elevado?
5. ¿Siendo el maestro, creo que nadie me recordará y tengo la necesidad humana de dejar constancia de que soy yo el autor de esa maravilla pétrea?
6. ¿Soy el autor de ese capitel y, como maestro, también lo soy de todos los demás? ¿Por qué no dejo mi nombre en el tímpano, donde también hay esculpidas serpientes, a la vista de todos?
7. ¿Puedo no ser el maestro y dejo allí mi nombre por qué sé que nadie se acordará de mí, ya que veo cómo los canónigos apuntan el nombre de mi maestro en sus nóminas de cuentas?
8. ¿Conozco que los maestros escultores canteros no tienen valor en la nómina de los constructores de una iglesia como la de Jaca, ya que todo el mundo sabe que soy un artesano y que las ideas de las imágenes no son mías?
9. ¿Sólo escondo mi nombre porque soy clérigo laico que profesa la regla de San Benito?
10. ¿Escribo abreviado mi nombre porque soy consciente de que con ello estoy transgrediendo una norma eclesiástica de la regla que profeso y, por eso, me veo en la necesidad de escribir mi nombre en lo alto de un capitel sin indicar siquiera el “Me fecit”?
11. ¿Escribo mi nombre porque sé que provengo de otra cultura de la que estoy orgulloso y pongo mi nombre con esa abreviación tan característica, ya que me ayuda a identificarme como tal, como un extranjero orgulloso de su origen, de su pensamiento y de su obra?
12. Por el contrario, ¿mi identidad es la de un cantero que subió a las obras de restauración de la catedral y, al desmontar la cubierta, dejó su nombre en ese capitel para que todo el mundo supiese que había estado allí?
13. ¿Qué clase de letra paleográfica he dejado en mi epigrafía, ya que otros no escriben Bernard como lo hago yo?
14. ¿A quién temo? ¿De quién me escondo? ¿Por qué? ¿Quién soy yo, Bernard?
Todavía sigo dándoles vueltas a todas estas preguntas, aunque muchas de ellas me las responde la existencia de un posible maestro como
Bernard de Montecuccoli.
¿Qué opináis?
Un abrazo a tod@s