Hola a todos
Ya que es viernes y tod@s empezaremos a disponer de un poco más de tiempo, una entrada una poco larga sobre curiosidades románicas en torno al viviente del águila de San Juan Evangelista que bien podría ir en el tema del Tetramorfos.
Como otras veces hemos comentado, en la representación de los vivientes, muchas veces el águila símbolo de San Juan Evangelista recibe tratamientos especiales. Esto ocurre tanto en Sant Climent de Taüll como en San Isidoro de León- Precisamente, en este tratamiento privilegiado es en el que reside su originalidad y en el hecho de que, por medio, andan previsiblemente los canónigos regulares de San Agustín..
Primero, recordemos Taüll:
Dejando de lado la posible ley de marco, de distribución de las figuras o de proporciones, esta pregunta inicial: ¿por qué el símbolo de San Juan Evangelista, el Águila, recibe un tratamiento diferente al de los otros tres Vivientes en Taüll?
Si observáis bien, podréis comprobar por vosotros mismos cómo, al menos, existen cuatro diferencias notables:
-Sólo el Águila es sostenida en el seno de un ángel.
-Sólo el Águila recibe un tratamiento cercano a Dios, ya que el ángel que la sostiene lleva las manos veladas, recibiendo así la figura de San Juan Evangelista un trato cercano al de la adoración o realeza. Si os fijáis bien, no ocurre lo mismo ni en el caso del león ni en el del toro (o ternero) por mucho que también tengan ángeles personales. Un trato aparte y obvio merece la figura de San Mateo.
-Mientras que tanto Cristo como todos los ángeles así como también el león y el toro lucen un nimbo blanco, sólo el Águila lo tiene pintado de rojo. Esta elección pictórica dificulta su visión, pues pintado de color blanco se distinguiría mejor. Sin embargo, sorprende que San Juan sea connotado como mártir, cuando (según la tradición cristiana) fue el único de los 12 discípulos evangélicos que no murió de muerte violenta (suicidio en el caso de Judas, martirio para los otros diez) y que sobrevivió al martirio (salió indemne de un caldero de aceite hirviendo).
-El Águila no lleva libro, pero está colocada junto al libro que sostiene la inscripción:
Ego sum lux mundi; en definitiva, su libro, el
Evangelio de San Juan (Jn. VIII,12). Es notable la ausencia del libro.
Ahora, le toca a León:
San Juan Evangelista es el único de los vivientes que, en San Isidoro de León, sostiene un libro con las tapas de color blanco. Como ya escribimos hace algo de tiempo, creemos que esto tiene una explicación.
La fiesta de San Juan Evangelista todavía se celebra el 27 de diciembre: Navidad, San Esteban (el protomártir), San Juan Evangelista. El color litúrgico para este día es el blanco, un color con claras connotaciones tanto del ciclo de la Navidad como del símbolo de la virginidad.
En los dos casos, estos detalles iconográficos sirven para indicar que la interpretación de esta iconografía románica (la formada por el Pantocrátor y el Tetramorfos) no se agota en el simbolismo del tema judicial.
El Apocalipsis es un libro que, si me dejáis utilizar la expresión, utiliza diferentes registros de imágenes. Por eso, sus símbolos pueden ser interpretados en diferentes contextos. No es lo mismo interpretar el Tetramorfos tal y como aparece en el capítulo 4, o realizar una interpretación en un nuevo contexto tal y como se presenta, por ejemplo, en el capítulo 19.
La identificación de los cuatro Vivientes con los evangelistas es una interpretación teológica, analógica, del texto bíblico. Una interpretación que pasa a la tradición cristiana. Y en el marco de la recepción de esta tradición cristiana será en el que se produzca la nueva elaboración de su simbología a través del pensamiento personal del teólogo redactor de la iconografía románica.
En otras ocasiones, a través del libro abierto con la cita:
“EGO SVM LUX MVNDI”, hemos puesto de manifiesto cómo el teólogo redactor de este programa pictórico había tomado partido por una determinada teología, la contemplativa, la de San Juan Evangelista. ¿Este detalle es una simple casualidad o hay otras iconografías románicas que recogen la presencia de un Águila despistada que ha perdido el libro?
Se trata de la parroquial de Agüero. El Águila sostiene con sus garras una filacteria en la que se lee:
IN PRINCIPIO ERAT VERBVOI, con vacilación ortográfica incluida. Los otros tres Vivientes agarran sus libros.
¿Qué libro lleva Cristo? ¿No será el del evangelio de San Juan? ¿Pondría haber incluido la cita del EGO SVM LUX MVNDI”.
La cita de la filacteria del Águila remite a la Creación. ¿Cuáles son las primeras palabras “directas” de Dios en la Biblia:
Citar:
“Dijo Dios: “Haya luz””. (Gn.1, 3)
¿Cuáles son las palabras finales de Dios en la Biblia?:
Citar:
“Yo, Jesús, envié a un ángel para testificaros estas cosas sobre las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella brillante de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que escucha diga: Ven. Y el que tenga sed, venga, y el que quiera tome gratis el agua de la vida.” (Ap.22, 16-17)
En definitiva, Teología de la luz, es decir, contemplativa, para el que sabe escuchar. El Águila de la parroquial de Agüero dejó prestado su libro a Cristo y que se conformó con una filacteria en la que se recoge el cumplimiento de la profecía: desde el Principio de los tiempos, el Hijo de Dios ya estaba presente en la Creación. Todo esto, me suena a filosofía teológica neoplatónica. Cuando los templos son edificados por canónigos regulares de San Agustín o afines, los detalles del águila son significativos en esta magnífica iconografía románica. Eso, curiosidades iconográficas románicas para un viernes de septiembre. Espero que hayáis llegado hasta el final y que os haya gustado, esa era la intención. Seguiremos con:
In principio...
Un abrazo a tod@s.