Hola a todos
A veces, uno de los temas llamados mayores de la iconografía románica ocupa un espacio más reducido, en este caso un capitel.
Se trata de un capitel único y original situado en el arco triunfal del templo de San Román de Escalante, Cantabria:
Si nos acercamos visualmente:
Sorprende contemplar una escena del llamado "Descendimiento"; pero todavía sorprende más ver a San Juan Evangelista, que acompaña a la Virgen María, a José de Arimatea y a Nicodemo, connotado con los detalles de un libro y un incensario.
De estos detalles son sobre los que queremos hablar, ya que se convierten, en sí mismos, en una correspondencia exegética bíblica de primer orden. De hecho, no creemos que un maestro escultor (a no ser que tuviese formación académica) fuese capaz de imaginar la colocación de estos detalles plásticos en una iconografía sagrada tan conocida como esta, la del descendimiento de la cruz.
De entrada, conviene recordar que es evidente que, en el momento histórico, junto a la cruz, San Juan Evangelista ni debió sostener un libro ni, mucho menos, llevar un incensario.
Connotar a San Juan Evangelista con un libro no es un detalle plástico nuevo; pero, sí lo es colocarle en las manos un incensario. De hecho, este detalle del
incensario es el que más sorprende; porque el único libro del
Nuevo Testamento en el que aparece la palabra incensario (
no incienso, que de esto llevan los Reyes Magos) es el
Apocalipsis, en el capítulo 8, en el tema del séptimo sello. El libro y el incensario remiten directamente a la liturgia del Oficio de difuntos.
Pero, por lo tanto, el libro y el incensario servirían para identificar la figura de San Juan Evangelista en relación a los dos libros que se le atribuyen (dejando de lado las cartas) y también para dar un contexto litúrgico nuevo, cristiano, a esa vivencia histórica, la del descendimiento de Cristo de la cruz:
1. Con el libro, se haría referencia a su evangelio; ya que, mientras en los relatos de los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas) sólo aparece el personaje de José de Arimatea realizando él solo la acción de descender o bajar el cuerpo de Jesús; en el
Evangelio de Juan, la acción del descendimiento es llevada a cabo por dos personajes: José de Arimatea y Nicodemo. Una acción realizada, por el contexto evangélico, ante la presencia, entre otros personajes, de la Virgen María y del Discípulo Amado, San Juan Evangelista. Aunque, serán evangelios apócrifos los que darán más detalles escenográficos, como el de sacar los clavos de la cruz.
2. Con el incensario, se haría referencia al otro libro que se le atribuye a San Juan Evangelista, el
Apocalipsis y, en concreto, se podría estar haciendo referencia a un fragmento en el que se plantea el tema de la santidad en un contexto bíblico que suena a judicial:
Citar:
“Y otro ángel vino y se puso de pie delante del altar. Tenía un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, que estaba delante del trono. Y el humo del incienso con las oraciones de los santos subió de la mano del ángel en presencia de Dios. Y el ángel tomó el incensario, lo llenó con fuego del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y se produjeron truenos y estruendos y relámpagos y un terremoto.” (Apocalipsis, 8, 3-5).
Una vez más, hasta los detalles más insignificantes nos hablan de la necesidad de la existencia de grandes maestros en teología como redactores de los programas iconográficos románicos de los templos que son originales y únicos, como este de San Román de Escalante.
¡Feliz fin de semana!Un abrazo a tod@s.