Hola a todos
En el estudio de la iconografía del Románico, todo es igual hasta que cambia lo que denominamos un detalle plástico menor. Y, entonces, hay que estar muy atent@s, porque el símbolo que se produce genera un nuevo lenguaje analógico; es decir, se produce un cambio de significado. Cuando esto ocurre, sólo queda un trabajo: buscar el posible teólogo redactor que generó el nuevo pensamiento plasmado en las esculturas.
Con esta pequeña reflexión, sólo queremos subrayar que es una evidencia que las dudas sobre simbología románica sólo se pueden resolver si se encuentra la fuente original de la lección teológica que ha provocado esa variación plástica.
Pongamos un sencillo ejemplo. Pasar de este tipo de imagen:
(Templo de San Esteban, en Sos del Rey Católico, Zaragoza)
a esta otra:
(Templo de Santa María, en Uncastillo, Zaragoza)
es relativamente fácil. Se produce un claro ejemplo de relación tanto plástica como simbólica. Lo mismo ocurre con esta otra relación de imágenes, pasando de las aves a los cuadrípedos:
(Templo de Saint Sernin, en el Musee des Agustines, en Toulouse, Francia)
Sin embargo, todo cambia cuando se producen variaciones plásticas en el posible símbolo:
y los animales
se convierten en dragones que muerden piernas y pies humanos.
Entonces, sólo queda un camino. Hay que buscar el posible origen del pensamiento que produce tanto la variación plástica del símbolo como la de su fignificado.
En este caso, siguiendo el pensamiento de Juan Escoto Eriúgena, el que siguió el teólogo redactor del templo de San Miguel de Biota, Zaragoza, se consigue la imagen del símbolo de la maldad:
Citar:
“...sino que significan estas propiedades que por causa de la desobediencia de ambas criaturas han sido añadidas a la esencia creada en ellas, de modo que hay que creer y entender que son los cuerpos aéreos de los demonios y los miembros terrenos y mortales de los hombres que en castigo al pecado han sido añadidos a la simplicidad de la naturaleza creada por Dios.
Si, además, como es el caso, encaja en toda una lección teológica plástica con el resto del conjunto iconográfico de la portada, entonces, se comprueba la gran importancia que tienen, en el arte románico, los detalles plásticos menores y, también, el trabajo de los teólogos redactores de los diferentes programas. Me olvidaba. Y el magnífico trabajo de los maestros canteros.
Un abrazo a tod@s