Hola a todos
Hace días que no tocamos este tema. De vez en cuando, me dejo escapar por el Museo Diocesano de Jaca (Huesca) y, entre otras de sus joyas, siempre me gusta admirar sus colecciones de pintura mural. Y os quiero confesar que, a veces, me las quedo mirando un buen rato pues no dejan de sorprenderme sus hermosos detalles plásticos.
Teniendo en cuenta que Dios, en la segunda Persona de la Trinidad, el Hijo, vino en clave salvífica humana una primera vez a la Tierra, hagámonos una breve pregunta: ¿cómo fue esta primera venida? Cíclica.
¿Qué quiero decir? Los cuatro acontecimientos salvíficos representados por el Tetramorfos:
Descenso (Egreso) o Encarnación (Mateo)
Pasión y muerte (Lucas)
Resurrección (Marcos)
Regreso o Ascensión (Juan)
Es decir, el ciclo de la primera venida o Encarnación se movería desde la llegada o Encarnación hasta su retorno o Ascensión.
En la primera ascensión, tal como indica, por ejemplo, el relato de
Hechos de los Apóstoles, Cristo asciende solo, sin ningún hombre..

Tal y como se pintó en el conjunto iconográfico de Bagüés, Zaragoza. Pero es que, en el ábside del templo de Bagüés, se pintó un tema iconográfico no muy frecuente en este tipo de superficie, la Ascensión de Cristo a los cielos. En otros templos, se optó por un Pantocrátor con Tetramorfos. ¿Por qué en Bagüés se utilizó esta iconografía? Una vez más, la respuesta se halla en la interpretación teológica que Juan Escoto Eriúgena realizó al evangelio de San Juan, el pensador de referencia para este conjunto iconográfico como otras veces ya he demostrado.
Citar:
““Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (Jn. III, 13) De otra forma hermosa también se expresa con otras palabras: Ninguno asciende al Padre, sino el que desciende del Padre, el Hijo del hombre, que está en el Padre. Esto quiere decir que descendió de la misma manera que ascendió. De hecho, de otra manera, él mismo lo expuso abiertamente diciendo: “Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre.” (Jn. XVI, 28) Por lo tanto, su salida del Padre es la de la naturaleza humana y su regreso al Padre, que lo acepta, es como hombre deificado que asciende a la altitud de la divinidad. Solo él descendió, ya que solo él se encarnó. De esta manera, solo él descendió y sólo él ascendió, ya que él con todos sus miembros es un Dios, el único Dios. Por eso, todos los creyentes son uno en él. Así, solo un Cristo, su cuerpo con sus miembros, ascendió al Padre.”
Está claro que Cristo, cuando vuelve al Padre, al Cielo, no vuelve solo, tal y como está representado en Bagüés, ya que se añaden esos dos hombres a los pies de la mandorla (los discípulos y la Virgen están en un nivel más bajo) y junto a los dos árboles símbolo del Paraíso, mientras dos ángeles lo ascienden al Padre, es decir, al Cielo. Allí están los detalles plásticos.
Por lo tanto, su salida del Padre es la de la naturaleza humana y su regreso al Padre, que lo acepta, es como hombre deificado que asciende a la altitud de la divinidad.
De nuevo, la importancia de los detalles plásticos en el estudio del Arte Románico.
Un abrazo a tod@s