Sí, demiguel, sí. Toledo se conquistó el 25 de mayo de 1085. Ya sabes que he sido delegado provincial de Cultura de esa provincia. Y efectivamente equivoqué las fechas. Dije 1095, o sea, que me pasé diez años, poniendo a Pedro el ermitaño, uno de los ejes de mi pregón del sábado, en el castillo de San Servando de Toledo, como si el Cid. Un siglo después de aquello, en 1195 fue la batalla de Alarcos donde Castilla casi dejó de serlo y donde murió el obispo de Segovia, señor de la villa de Turégano. Desde esa fecha, ya se hizo imposible cualquier relación con León, o sea, con Galicia, o sea, con Santiago el Mayor y Compostela, o sea, cuando comenzaron a fraguarse en Turégano los gérmenes de Santiago el frater Domini que, unos años después, escenificó Jiménez de Rada al regresar de su cruzada de Las Navas de Tolosa. Lastima no haber hecho un guiño al rey Fernando III el Santo que preside esa Capilla del Santísmo de la catedral de Segovia. Otra cosa, el pregón editado, que supongo te entregaron al salir de la catedral pues se repartieron y sobraron, en poco se parecía al pronunciado. Gracias por tus laudes sobre mi oratoria que, como sabes, es una de mis actividades: enseñar a saber decir, el arte del discurso hablado, el uso de la palabra, etc. En la prensa local de hoy se alaban mis palabras finales del famoso soneto "No me mueve mi Dios para quererte, etc., cuando en realidad lo que dije en su lugar fue el texto de Tagore: "“Tu lenguaje, Señor, es muy sencillo, mas no es así el de los discípulos que hablan en tu nombre.” Por cierto, el deán, que es sabio y prudente, me felicitó emocionado y me aseguró que llevaba toda la razón en lo que dije. Gracias, y siento lo del libro. saludos
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