Hola a todos
Magnífico, demiguel, como siempre. Es triste ver como se sigue utilizando como sólido argumento la posibilidad de un báculo en forma de Tau, identificándolo como símbolo único de los obispos de Santiago de Compostela, cuando hemos llegado a documentarlos hasta en las Islas Británicas. Además, también hemos documentado teológicamente otros significados de la Tau. Sin embargo, un pasito más. Aunque hay que leer, creo que es interesante y hasta acerca dataciones.
1. En primer lugar, ¿recordáis este texto?
“Inocencio III en el Concilio IV de Letrán el año 1215: Después de describir la triste situación de los Santos Lugares hollados por los Sarracenos, el Pontífice lamentó los escándalos que desacreditaban el rebaño de Cristo y lo amenazó con los divinos castigos si no se enmendaba. Evocó la famosa visión de Ezequiel, cuando Yahvéh, agotada la paciencia, exclama con voz poderosa: «"Acercaos, vosotros que veláis sobre la ciudad; acercaos con el instrumento de exterminio en vuestras manos". Y he aquí que seis hombres llegaron con sendos azotes en sus manos. Entre ellos estaba un varón vestido de lino, con recado de escribir a la cintura. Y díjole Yahvéh: "Recorre Jerusalén, y señala con una TAU las frentes de los justos que se encuentren en ella". Y dijo a los otros cinco: "Recorred la ciudad tras él, y exterminad sin piedad a cuantos encontréis; mas no toquéis a ninguno que esté señalado con la TAU". "¿Quiénes son -continuó el Papa- los seis varones encargados de la venganza divina? Ésos sois vosotros, Padres conciliares, que, valiéndoos de todas las armas que tenéis a mano: excomuniones, destituciones, suspensiones y entredichos, habéis de castigar implacablemente a cuantos no estén señalados con la TAU propiciatoria y se obstinen en deshonrar la Cristiandad».- «En su discurso de Letrán, Inocencio III había señalado con el signo Tau a tres clases de predestinados: los que se alistaren en la cruzada; aquéllos que, impedidos de cruzarse, lucharen contra la herejía; finalmente, los pecadores que de veras se empeñaren en reformar su vida» (O. Englebert,
Vida de S. Francisco de Asís. Santiago de Chile 1973, pp. 226 y 238).
2. Independientemente de que don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, estuviese presente en el IV Concilio de Letrán (1215), ¿podemos contextualizar cuando llegó como imperativo, como orden, este texto conciliar a Castilla?
“Desde luego, su sucesor en la Sede de Pedro, el papa Honorio III, respondió con entusiasmo a la ofensiva planificada por el rey en 1224. Así lo testimonian tres interesantes documentos pontificios, complementarios entre sí, emitidos un año después en favor del rey de Castilla, en septiembre de 1225. En el primero de ellos el papa Honorio III tomaba bajo su protección al rey y al reino castellanos, comprometidos como estaban en el servicio a Cristo y a su Iglesia. En el segundo, extendía la indulgencia que, según disposiciones conciliares, disfrutaban los cruzados de Tierra Santa a cuantos se implicaran en la lucha reconquistadora, nombrando al arzobispo toledano Jiménez de Rada y al obispo Mauricio de Burgos predicadores de dicha indulgencia y protectores de los cruzados castellanos. Y, finalmente, el tercer documento pontificio animaba de modo personal al rey Fernando a proseguir su ofensiva contra sarracenos Ispanie.”(Nota 29, p.95, CARLOS DE AYALA MARTÍNEZ,
Frontera y órdenes militares en la edad media castellano-leonesa (siglos XII-XIII) PDF)
Interesante todo este párrafo, pero quedémonos con este fragmento:
“extendía la indulgencia que, según disposiciones conciliares, disfrutaban los cruzados de Tierra Santa a cuantos se implicaran en la lucha reconquistadora, nombrando al arzobispo toledano Jiménez de Rada y al obispo Mauricio de Burgos predicadores de dicha indulgencia y protectores de los cruzados castellanos.”Don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, y don Mauricio, obispo de Burgos, que habían estado presentes en el IV Concilio de Letrán como padres conciliares, son los encargados de predicar la indulgencia conciliar y de ser los protectores de los cruzados castellanos, equiparados a los cruzados de Tierra Santa, esos cruzados que Inocencio III, en su discurso de Letrán, había señalado como predestinados con el signo de la Tau:
«En su discurso de Letrán, Inocencio III había señalado con el signo Tau a tres clases de predestinados: los que se alistaren en la cruzada..." Pero no todo acaba allí:
“¿Quiénes son -continuó el Papa- los seis varones encargados de la venganza divina? Ésos sois vosotros, Padres conciliares... “ Y padres conciliares lo fueron tanto don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, como don Mauricio, obispo de Burgos.
Parece ser que el círculo se ha cerrado y que, de nuevo, la historia y la teología nos llevan a los relieves del templo de Santiago de Turégano sin necesidad de pasar por Santiago de Compostela. Además, hasta podemos ir precisando más las fechas de su ejecución.
Me gusta contemplar una y otra vez estos magníficos relieves románicos:
Ya callo.
Un abrazo a tod@s