Hola a todos
Ya que hoy dispongo de un poco más de tiempo, una entrada un poco larga. Espero que os guste, que estamos en verano.
A veces, estamos tentados de dar interpretaciones esotéricas a detalles plásticos que encontramos en el Arte Románico. Ante una imagen como la siguiente del interior del templo de Santa María de Eunate, Navarra, surgen preguntas sobre la relación entre el pensamiento y la mirada interior, la aparición de ese tercer ojo en medio de la frente.
Es evidente que la filosofía platónica conocía este tipo de expresión:
“el ojo de la mente”. Una expresión que pasó a la filosofía neoplatónica y, de esta, al Neoplatonismo cristiano en una cadena de autores que podríamos significar de esta manera: Platón, Cicerón, Plotino, San Ambrosio, San Agustín, Boecio, Máximo el Confesor, Gregorio Magno y Eriúgena.
¿Qué dice Eriúgena al respecto?:
Citar:
“Es lícito, pues, para quienes filosofan pía y limpiamente, o quieren comenzar desde cualquiera de estas causas, y a través del ojo de la mente –que es la verdadera razón- extenderse a todas las demás con cierto orden de contemplación.”
(Juan Escoto Eriúgena)
No debemos olvidar que ya para Platón los números constituían la armonía del Universo y que San Agustín consideraba a los números como ideas de Dios porque, para él, el número es el arquetipo del Absoluto.
Y, cuando se ven imágenes como esta, uno siempre recuerda esta otra, también muy famosa:
Y vuelve a ver el ojo de la mente. Pero, en este caso, no está solo en el valor del símbolo a través de la Aritmología. Los detalles plásticos de la cara de Cristo en Majestad permiten jugar con la idea simbólica del número cinco a través de la agrupación de dos números: tres (3) como símbolo de la Trinidad de Dios; dos (2), como símbolo de la doble naturaleza de Cristo. Y viene a la cabeza el valor masculino de los números impares junto al valor femenino de los números pares (Dios / Naturaleza) y afirmaciones de San Agustín como la siguiente:
Citar:
"La sabiduría se da a conocer mediante los números impresos en cadas cosa"
Y, entonces, miramos el rostro de Cristo y podemos ver cómo se va repitiendo este valor simbólico del número cinco:
1. A través de los pelos del bigote, agrupados en dos (2) manojos, y de la barbilla, agrupados en tres (3) manojos.
2. A través de los dos (2) ojos de la cara y los tres (3) círculos dispuestos de forma geométrica perfecta por todo el rostro, dos en la cara y uno en la frente (el famoso
ojo de la mente); es decir, parecen cinco (5) ojos.
3. A través del símbolo de la nariz, (3), el ápice nasal más las dos fosas nasales y las dos (2) cejas de la cara.
Y, entonces, uno recuerda que cinco son los libros escritos por Moisés, según la tradición: Génesis, Éxoso, Levítico,
Números, Deuteronomio. Pero, que el número cinco también remite a las 5 vírgenes Necias y a las 5 Prudentes. Pero, sobre todo, que el número 5 remite a la idea de la humanidad de Cristo: cinco son los sentidos humanos como cinco fueron las llagas de Cristo.
Y, cuando te das cuenta de la existencia de tantos detalles que encajan de forma natural con el valor simbólico de un número, acabas sonriendo y pensando que cierta preparación intelectual debieron tener los que idearon estas imágenes. ¿O el maestro artesano era un clérigo? Y, entonces, te acuerdas de un maestro cantero escultor que acabó firmando como
ARCHIDIÁCONO ACCEPTUS:
Citar:
“Di particolare interesse i resti dell'ambone (1041), scolpito dall'arcidiacono Acceptus (il più antico scultore romanico pugliese di cui si conosca il nome, a lui è stato attribuito anche il leggio e l'ambone della Cattedrale di Canosa di Puglia), composto dal leggio, dall'aquila e dai capitelli.”
(Alberto Gentile, Monte Sant’Angelo, artículo electrónico)
Precisamente, la existencia de un maestro escultor archidiácono o arcediano, rompe con el tópico historiográfico de que los maestros canteros solo eran unos hombres analfabetos que ejercían un oficio.
En este caso, el
ARCHIDIÁCONO ACCEPTUS también fue su propio redactor teológico, conocimientos no le faltaban, ya que para ser archidiácono en la Edad Media (entre otros títulos) tenía que figurar el de Magister, es decir, maestro en teología. Eso de que el Arte Románico era una
Biblia pauperum... La estética de la recepción de esas magníficas imágenes tienen diferentes niveles de comprensión. Todo depende del
ojo de la mente con el que se las mira.
¡Mañana, empieza agosto, felices vacaciones para much@s!Un abrazo a tod@s.