Hola a todos
Está claro que, en el románico, como en todos los tiempos, el vino ayudaba a tener una buena diversión. Además, como tod@s conocemos, su proceso servía para marcar el tiempo.
Por ejemplo, en Beleña de Sorbe, Guadalajara, saben muy bien cómo explicar a través del vino una relación de causa – efecto:
De la causa:

Al efecto:

Aunque, para vino bueno, este:

El de las Bodas de Caná, en el claustro de San Juan de la Peña, Huesca.
No hay que olvidar que leían a los grandes doctores de la Iglesia que les explicaban cosas como estas:
Citar:
¿Quieres comer?, ¿quieres beber? Ven al banquete de la sabiduría, que invita a todos con gran voz diciendo: Venid y comed mis panes y bebed el vino que os he mezclado (Prov 9,5). ¿Te deleitan los cánticos que entretienen al que come? Oye a la Iglesia, que exhorta y canta no sólo en sus himnos, sino en el Cantar de los Cantares: Comed, mis allegados, y bebed y embriagaos, hermanos míos (Catn 5,1). Pero esta embriaguez hace sobrios; esta es embriaguez de gracia, no de borrachera. Produce alegría, no vacilación.
San Ambrosio
Por lo que se ve, no todas las borracheras son iguales. Es broma.
¡Feliz martes!Un abrazo a tod@s