Hola a todos
Aunque escribí que no iba a entrar en este tema, lo hago por tres razones o inquietudes que os quiero hacer llegar:
1.¿Abrimos un tema diferente sobre Santiago el Mayor y el Camino de Santiago? El románico de la villa de Turégano y, en concreto, los magníficos y únicos retablos románicos de la iglesia de Santiago se merecen este tema para ellos solos.
2. ¿Abrimos otro tema para el románico del templo de San Miguel de Turégano?
3. Por si os puede servir de ayuda, coloco un extracto acerca de los sentidos de la Biblia en la Edad Media, antes del Renacimiento:
“El tema de este seminario se refiere al cuerpo y al libro, y ningún título podía venir mejor para la consideración del Libro en la Edad Media. Pues en efecto, el Libro tiene un cuerpo, es un cuerpo. Ahora bien, todo cuerpo posee un alma, o también, según la antropología tradicional, un alma y un espíritu. A tenor de esto, el Libro en la Edad Media es un viviente que da vida. Nos estamos refiriendo naturalmente a la categoría de Libro revelado, y en este sentido lo que podemos decir de la Biblia en cuanto que texto sagrado, se puede decir también de la Torá y del Corán. Este común estatuto de Escritura sagrada y revelada, provocará que también las hermenéuticas que produzcan estos tres libros tengan puntos comunes, y por tanto también serán susceptibles de estudios comparativos.
Como hemos aludido, existe una primera división elemental, pero esencial, en la exégesis de los significados del Libro: si éste consta de cuerpo y alma, sus sentidos serán el literal y el espiritual, el exterior y el interior, el superficial y el alegórico. Es decir, el libro presentará una estructura simbólica, pues al mismo tiempo vela (mediante el sentido literal) y desvela (a través del sentido profundo), oculta y revela: se ve claramente la importantísima función teológica y filosófica de la interpretación. En definitiva, el Libro cumple de manera paradigmática la esencia del símbolo.
Y en efecto, estas implicaciones y latencias muy pronto fueron desvelándose y desenvolviendo. A partir de la división básica entre el sentido literal o el histórico y el sentido alegórico o espiritual, vamos a ir viendo cómo se va haciendo más compleja esta estructura. Y así, los estadios significativos pasan de ser dos a ser tres, en consonancia con la composición triádica del hombre, y entonces tenemos tres sentidos: histórico (o literal), tropológico (o moral) y alegórico (o místico). Orígenes y San Jerónimo son los principales mantenedores y propagadores de esta línea exegética.
A partir de esta clasificación tripartita se establece otra cuatripartita, para la que los sentidos de la Biblia serían el histórico, el tropológico y ahora el espiritual se desdobla en alegórico y anagógico. San Agustín, Casiano, Beda y Rabano Mauro figuran entre los más importantes acuñadores de esta división cuatripartita. Como puede verse, lo que se ha hecho ahora es desdoblar el sentido alegórico en dos: el propiamente alegórico, en el que se simbolizan las verdades de fe, y el anagógico que, como indica su nombre, es el que nos remonta hasta las verdades celestiales y escatológicas.
Toda la teoría del cuádruple sentido de la Biblia se sintetizó en un famoso díptico, parece ser que del dominico Agustín de Dacia (hacia el 1286), que dice así: Littera gesta docet, qui credas allegoria, Moralis quid agas, quo tendas anagogia.
Como se dirá a menudo (y Juan Escoto Erígena es el ejemplo más señero), Dios se ha revelado mediante dos libros: la Naturaleza y la Escritura Santa. Luego sólo hay que extraer las consecuencias de este aserto: la hermenéutica de la Escritura vale para la hermenéutica de la Naturaleza; los sentidos de la Escritura son también los sentidos de la Naturaleza.”
José Antonio Antón Pacheco , EL LIBRO Y LA HERMENÉUTICA MEDIEVAL, Ext. de VV.AA.: "El Libro y la carne", Univ. de Sevilla, 1998.
Ya callo. Un abrazo a tod@s
|