Hola a todos
Que en la iconografía medieval se debe al trabajo de buenos teólogos redactores es una evidencia. En una de sus carta, San Juan evangelista afirmaba:
“A Dios nunca le vio nadie” (
I Juan, IV, 12) y la teología neoplatónica cristiana lo quiso dejar claro.
Sin embargo, existían textos como el siguiente del capítulo XXVIII del
Génesis:
Citar:
“11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. 12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. 14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. 15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho.» 16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!»”
Y en la Capilla palatina de San Pedro y San Pablo de Palermo, el sueño de Jacob acabó tomando esta forma de magnífico mosaico
en el que sí puede aparecer Dios Padre como un viejo, como el Yahveh del sueño, porque Jacob no vio directamente a Dios sino en sueños, con lo que se cumplía el principio teológico de San Juan, el discípulo amado:

Pero, también en un famoso claustro siciliano, ahora en otra forma artística, se produce esta representación de la Escala de Jacob, en la que desaparece la figura de Yahveh y, en su lugar, aparece una representación simbólica del cielo:

De hecho, para un monje conocedor de la regla de San Benito, como Joaquín de Fiore, por ejemplo, significaba algo bien concreto. En el capítulo VII de la
Regla de San Benito, el dedicado a La humildad de los monjes, se puede leer:
Citar:
"5 Por tanto, hermanos, si queremos llegar a la cumbre de la humildad y llegar pronto a aquella exaltación celestial a la que se asciende por la humildad de la vida presente 6 mediante los peldaños de nuestras obras, tendremos que levantar aquella escala que Jacob vio en sueños y en la que se veían ángeles bajando y subiendo. 7 Sin duda alguna, en el bajar y subir no entendemos otra cosa sino que por la exaltación se baja y por la humildad se sube. 8 Pues esa escala levantada es nuestra vida temporal que Dios eleva hasta el cielo por nuestra humildad de corazón. 9 Los largueros de esa escala son nuestro cuerpo y nuestra alma. La vocación divina ha dispuesto en ellos diversos peldaños de humildad o de observancia que se deben subir."
Y es que los libros, ya sea la Biblia o los tratados teológicos, o los libros litúrgicos, o (como en este caso) los libros dedicados a la interpretación de sus valores o formas de vida tuvieron una gran importancia en el nacimiento y en el desarrollo el románico.
Un abrazo a tod@s