La extremadura soriana debió guardar duros recuerdos de lo musulmán, pero no por ello no supo aprovecharse de sus conocimientos.
En la zona se ubica la ciudad de Almazán cuyas viviendas sobrepasan hoy la zona amurallada, aunque no fue así cuando levantaron la misma.
De hecho, al igual que ocurre en Urgell con su Seo, la iglesia de San Miguel en la plaza del pueblo, se levantó al borde del altozano, integrándose en la muralla precisamente en lugar donde la muralla hace ángulo rompiendo la linealidad, lo que conllevó la construcción de una iglesia con el eje central en ángulo.
En fin, una de esas iglesias en la que cualquier día podría producirse un nuevo milagro de la luz si no fuese porque las saeteras defensivas de su ábside casi impiden el paso del rayo enriqueciendo el templo con una tenebrosidad románica grandilocuente.
Así que en nuestro caso hubo de buscarse una solución alternativa que permitiese la incorporación de la luz sin pérdida de seguridad, y, para eso estaban las soluciones musulmanas tan cercanas por haber sido traidas por las ordenes militares a lugares tan próximos como Torres del Rio.
Me temo que esto no sea teología de la luz, pero no solo de teología vive el hombre. Saludos.