Hola a todos
Amiga Piratesa, muy buena observación.
Eadan, está claro que en estas pinturas se está hablando de la nueva teología surgida después del IV Concilio de Letrán y del triunfo del rito romano. Pero, estoy seguro que más de uno dirá: porque lo escriban ellos. ¿Y si nos hubiesen dejado pistas plásticas? Vamos con la primera.
Normalmente, los Tetramorfos tienden a seguir dos tipos de orientaciones:
1. La que se corresponden con la ordenación de la Vulgata: Hombre (Mateo), León (Marcos), Ternero (Lucas), Águila (Juan)
2. La que se corresponde con la ordenación de los acontecimientos salvíficos: Encarnación (Mateo), Pasión (Lucas), Resurrección (Marcos), Ascensión (Juan)
¿Qué pasa en este templo con esta iconografía? Primero la magnífica fotografía y, después, la explicación:
Se tomó la iniciativa de realizar cada viviente con un tamaño determinado de tal manera que sólo caben tres juntos, el cuarto queda desplazado a la otra pared.
Se cambia el orden de los vivientes con una ordenación poco usual que ni se corresponde con la Vulgata ni con los acontecimientos salvíficos: Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Con esta ordenación, San Juan es el que queda desplazado. Si a esta intencionalidad, el desplazamiento de San Juan, añadidos un detalle plástico evidente: la paloma símbolo del Espíritu Santo se coloca junto al viviente de San Marcos, hecho que obliga que el resto de vivientes giren su cabeza hacia él, tenemos una nueva evidencia:
¿Por qué el símbolo del Espíritu Santo junto a San Marcos? ¿Por qué se privilegia el viviente de San Marcos? Según la tradición cristiana, San Marcos no sólo fue un discípulo privilegiado sino que llegó a ser una especie de secretario personal del propio San Pedro. Dicho de otra manera, para la tradición cristiana, San Pedro fue el verdadero inspirador del evangelio de San Marcos, de tal manera que este evangelio vendría a ser como una síntesis de las predicaciones del propio San Pedro.
Pero no todo acaba ahí. Si se colocase por aquellos años, 1221 y siguientes, el símbolo del Espíritu Santo junto al viviente de San Mateo, el que tendría que ir el primero en las dos posibles ordenaciones, se estaría hablando de la teología milenarista de Joaquín de Fiore quien había profetizado, a través de la Genealogía del Evangelio de San Mateo, que en 1260 se produciría la llegada de la Tercera Era, la del Espíritu Santo. Recordemos que se acababa de condenar parte del pensamiento de Fiore en el IV Concilio de Letrán.
¿Sirve este primer detalle para poder hablar del triunfo del rito romano y de las ideas surgidas en el IV Concilio de Letrán? Cada vez tengo más claro el papel fundamental en el Románico de los teólogos redactores de los diferentes programas iconográficos. En Toledo, el que ideó las pinturas estaba a la última en teología, si se me deja escribir así. Por cierto, los teólogos redactores son los grandes olvidados en la inmensa mayoría de los estudios sobre iconografía románica. Ya callo.