mmfilesi escribió:
Muy bueno el post y los comentarios.
Sobre el número ocho y los modos musicales hay una conexión interesante con los planetas, y por ende con el microcosmos, a través del
Timeo de Platón, trasvasado al cristianismo por Macrobio and company.
En esencia viene a ser que la naturaleza de cada modo se corresponde a la naturaleza de cada planeta. Descifrar la clave matemática de la música del universo, la que producen los astros, es encontrar la fórmula divina de la creación y el funcionamiento del cosmos.
Esta ilustración resume el tema:
Adjunto:
music-1469.jpg
Franchino Gaffurio. De harmonia musicorum instrumentorum. Milán, 1496.
Apreciado amigo mmfilesi:
Gracias por tus comentarios y por tus sustanciales aportaciones en nuestro foro. ¿Sigues intentando encontrar la "salida del laberinto"

?
Precisamente en el
Timeo, como bien dices, Platón trata el tema de la
armonía de las esferas, relacionada con la gama musical formada por los planetas. En esto se basa en los pitagóricos, para los cuales el mundo está regido por dos principios:
-el de la unidad, del que derivan los números impares, y que alude a la idea de estabilidad,
-y el de multiplicidad, del que derivan los pares, haciendo referencia a la idea de cambio.
Según los pitagóricos,
el 10 es el número perfecto, y por ello corresponde a la divinidad. En el hombre toma representación en sus manos y en sus pies (los dedos).
Tanto para Boecio (también basándose en los pitagóricos) como para San Agustín,
el hombre que desconoce las matemáticas no puede acceder a la verdadera sabiduría (

... pues yo lo llevo un poco difícil...)
Alano de Lille, por su parte, que perteneció en el siglo XII a la escuela de Chartres, y que fue un fiel seguidor de las doctrinas platónicas, utilizando principios matemáticos generalizará la idea de «
Dios-artifex» (Carmen Marimón Horca, Universidad de Alicante):
"
Dios, como distinguido arquitecto del mundo, como cincelador de la forja aúrea, como artífice del maravilloso trabajo artístico, como obrero autor de admirable obra, construyó el real palacio del mundo de admirable belleza" (Alano de Lille,
De planctu naturae, apud Wladyslaw Tatarkiewickz,
Historia de la estética. II La estética medieval, cit., p. 220).

Bible moraliseé, c. 1250.
Como bien hemos comprobado en muchas ocasiones, los artistas medievales utilizan ampliamente el símbolo del número. En el tema que nos ocupa, y relacionado (no sé si intencionadamente o no) con el número diez, existe un capitel del siglo XI encontrado en las ruinas de la
Abadía de San Jorge, en Normandía, en la que se representa la siguiente escena:

(1) Viola o rabel de tres cuerdas. (2) Dos figuras tocando el organistrum. (3) Flauta de pan o siringa. (4) ¿Lira?. (5) Salterio. (6) Rotta. (7) Acróbata. (8) Harpa. (9), (10) Instrumentos de percusion, quizás campanas.

Museos Haute-Normandía.


Aunque la escena de la bailarina puede hacernos pensar en Salomé, el autor del comentario en la web de este museo referente a dicho capitel se inclina más por una escena juglaresca. Pero teniendo en cuenta que el 10, como número par, pertenece al tiempo y a lo cambiante, el verdadero significado quedará, como tantas otras veces, escondido en las bastas arenas de la hipótesis. "Un mundo de admirable belleza", en todo caso.
Abrazos.