Iglesia de Santa Cecilia.
Iglesia memorable por haber sido el lugar donde se celebraron las nupcias del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, con la princesa de Austria, doña Margarita, en marzo de 1497.
Solo conserva de su alzado románico el ábside; lo demás, salvo la pila bautismal que es buen ejemplar, todo es posterior, habiéndose transformado una iglesia de una sola nave en otra de tres.
El ábside, al exterior, tuvo en principio menos altura, pero luego fue sobreelevado al alzar las cubiertas de la iglesia. Su composición sobre banco corrido y tres calles separadas por contrafuertes prismáticos que sujetaban fustes exentos que habrían de llegar a la cornisa, nos lleva a encajarla en la tradición más vieja del románico desde el siglo XI hasta mediados del XII.
Lo que parece estar intacto son las ventanas. Son tres y todas se organizan de la misma manera: guardapolvos de media caña y arquivolta y cimacios profusamente decorados con espléndidos calados vegetales.
La ventana izquierda tiene capiteles de hojas de acanto verticales, el izquierdo, y de palmas el derecho. Los de la ventana central son de “molinillos” de acantos, y este mismo motivo, con pequeñas variaciones, vuelve a repetirse en la ventana derecha.
En el interior, el ábside lleva una imposta, a media altura, de billetes.
La pila bautismal es una pieza románica muy interesante, pero inconclusa en su talla decorativa. (1)
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